24 DE SEPTIEMBRE
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Celebra ¡oh prole escogida!
a tu Madre bondadosa,
por quien libraste amorosa
al mundo de esclavitud.
Ella acudió desde el cielo
a la voz de tus clamores,
a mitigar los dolores
con tierna solicitud.
Bendita seáis ¡Oh Madre!
de cautivos Redentora
que desatáis bienhechora
los hierros del pecador.
Y a vos ¡Trinidad excelsa!
os damos gloria, alabanza;
que por vos el hombre alcanza
de sus culpas redención. Amén
Ant. 1 Alaben el nombre del Señor los redimidos del Señor, los que él liberó del poder de los opresores.
Salmo 112 – ALABADO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Ant. 1 Alaben el nombre del Señor los redimidos del Señor, los que él liberó del poder de los opresores.
Ant. 2 No hizo cosa igual con ninguna otra nación: el Señor redimió a los que confiaban en él.
Salmo 147- ACCIÓN DE GRACIAS POR LA RESTAURACIÓN DE ISRAEL
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de tí;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
El envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
Hace caer como el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Ant. 2 No hizo cosa igual con ninguna otra nación: el Señor redimió a los que confiaban en él.
Ant. 3 Bendecimos a María, la llena de gracia: por ella hemos participado del fruto de la vida.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN – Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Ant. 3 Bendecimos a María, la llena de gracia: por ella hemos participado del fruto de la vida.
LECTURA BREVE Gal 4, 4-5
Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.
RESPONSORIO BREVE
V. Tu Concepción Inmaculada, Virgen Madre de Dios, anunció la alegría a todo el mundo.
R. Tu Concepción Inmaculada, Virgen Madre de Dios, anunció la alegría a todo el mundo.
V. Pues de ti nació Cristo, que, borrando la maldición, nos trajo la bendición.
R. Anunció la alegría a todo el mundo
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Tu Concepción Inmaculada, Virgen Madre de Dios, anunció la alegría a todo el mundo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Alabad al Señor nuestro Dios, que no desamparó a los que esperaban en él; y cumplió en María la misericordia que había prometido a la casa de Israel, aleluya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma, la grandeza del Señor…
PRECES
Proclamemos la bondad y misericordia de Dios, que eligió a la Virgen María para Madre del Verbo encarnado, e invoquémosle diciendo:
La Madre de Cristo interceda por nosotros.
Señor, tú que desde la caída del hombre nos prometiste la salvación en Cristo
haz que vivamos unidos a nuestro Salvador y
seamos portadores de redención.
Tú que nos muestras por medio de María cómo nos salvas,
enséñanos a facilitar a los demás el camino de
la salvación.
Te pedimos por los pastores y superiores a los que has confiado nuestras comunidades
hazlos fuertes en la fe y diligentes en el servicio
de sus hermanos.
Traemos a tu presencia los sufrimientos de los cautivos y de los que padecen por la fe,
dales tu ayuda para que sepan valorar el
sentido del dolor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
A los que han completado en su carne la pasión de Cristo, oprimidos y privados de libertad, y a cuantos has llamado a ti
concédeles, Señor, la alegría de la vida
inmortal.
Llenos de fe invoquemos juntos al Padre común, repitiendo la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro….
ORACIÓN
Oh Dios omnipotente y misericordioso, que has suscitado, bajo el patrocinio de la Madre de tu Hijo, una familia de religiosos imitadores de la caridad de Cristo hasta la entrega de sí mismos para liberar a los fieles cautivos; haz que guiados por María, inspiradora de esta obra, dediquemos nuestra vida a promover la verdadera libertad de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
O bien
Padre misericordioso, que enviaste al mundo a tu Hijo Jesucristo, Redentor nuestro, con la maternal cooperación de la Virgen María: concede a cuantos la invocamos con el título de la Merced, gozar la libertad de hijos, que Cristo Señor nos mereció con su sacrificio, y ofrecerla incansablemente a todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
INVITATORIO
Ant. Celebremos la solemnidad de santa María Virgen: adoremos a su Hijo, Cristo Redentor.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
¡Oh Virgen excelsa, sagrada, María,
más clara que el día,
más pura que el sol!
Amantes esclavos cantamos tus glorias,
que son las victorias
de la Redención.
En la noche venturosa,
más que el día, que radiosa
descendiste de los cielos como dulce despertar,
gozó el mundo los fulgores
de caminos redentores,
y del blanco escapulario hizo emblema de la paz.
Rendid, ¡oh naciones! las frentes orladas;
las glorias pasadas
rendid a sus pies:
Es ella bandera que al cielo nos guía.
¡Cantad a María, Reina de la Merced!
Amén.
Ant. 1 Celebremos con gozo la solemnidad de Santa María, para que interceda por nosotros ante nuestro Señor Jesucristo.
SALMO 62, 2-9 – EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Ant. 1 Celebremos con gozo la solemnidad de Santa María, para que interceda por nosotros ante nuestro Señor Jesucristo.
Ant. 2 Ensalcemos a nuestra Madre, para quien brillan las estrellas del alba, más bella que el sol, más pura que la luz.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR – Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Ant. 2 Ensalcemos a nuestra Madre, para quien brillan las estrellas del alba, más bella que el sol, más pura que la luz.
Ant. 3 Cantemos al Seño, porque en María ha manifestado su amor a su pueblo.
Salmo 149 – ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Ant. 3 Cantemos al Seño, porque en María ha manifestado su amor a su pueblo.
LECTURA BREVE Is. 61, 10
Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como a una novia que se adorna con sus joyas.
RESPONSORIO BREVE
V. Atiende desde el cielo, mira y vista tu viña.
R. Atiende desde el cielo, mira y vista tu viña.
V. Y protégela, pues la ha plantado tu diestra
R. Mira y vista tu viña.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Atiende desde el cielo, mira y vista tu viña.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. ¡Oh Virgen de vírgenes: ¡tú fuente de piedad, compadecida de los dolores humanos, viniste a nuestro encuentro para liberar a los que yacían en tinieblas y sombras de muerte, y romper sus cadenas, aleluya!
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel…
PRECES
Bendigamos a Cristo, cuya Madre, María, creyendo y obedeciendo a la Palabra, lo engendró y lo ofreció al mundo como Salvador, y digámosle:
Jesús, Hijo de María, escúchanos.
Cristo Redentor, que viniste a liberar a los hombres de la servidumbre del pecado,
concede a todos los hombres la verdadera
libertad.
Oh Dios de bondad, que realizaste prodigios por la oración de María, tu Madre,
ejercita por medio de ella tu misericordia en
favor de cuantos se debaten en tentaciones y
peligros.
Tú que viniste a evangelizar a los pobres, a proclamar la libertad a los cautivos y a predicar un tiempo de gracia,
concede a tu Iglesia, anunciar el Reino con
valentía.
Maestro divino, que propones a tus predilectos el programa de las bienaventuranzas,
haz, que respondamos generosamente, como
María, guardando tu Palabra en nuestro
corazón.
Víctima de la más grande caridad, que nos diste a María por Madre en el momento de tu sacrificio redentor,
enséñanos por ella a servir a los hermanos que
sufren por la fe o corren el riesgo de perderla.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Con el deseo de que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su Reino llegue al mundo: Padre nuestro….
ORACIÓN
Oh Dios omnipotente y misericordioso, que has suscitado, bajo el patrocinio de la Madre de tu Hijo, una familia de religiosos imitadores de la caridad de Cristo hasta la entrega de sí mismos para liberar a los fieles cautivos; haz que guiados por María, inspiradora de esta obra, dediquemos nuestra vida a promover la verdadera libertad de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
O bien
Padre misericordioso, que enviaste al mundo a tu Hijo Jesucristo, Redentor nuestro, con la maternal cooperación de la Virgen María: concede a cuantos la invocamos con el título de la Merced, gozar la libertad de hijos, que Cristo Señor nos mereció con su sacrificio, y ofrecerla incansablemente a todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Madre nuestra de Mercedes,
fundadora celestial,
tended a estos vuestros hijos
vuestro manto maternal.
De los cielos descendisteis
por mostrarnos vuestro amor,
y en memoria nos vestisteis
librea de albo color.
Pues que así manifestasteis
vuestro afecto sin igual,
tended a estos vuestros hijos
vuestro manto maternal.
Tiene la Orden mercedaria
una promesa de vos:
que hasta el fin de aqueste mundo
tendrá vuestra protección;
pues que somos hijos de ella,
Madre nuestra celestial,
tended a estos vuestros hijos
vuestro manto maternal.
Madre nuestra de Mercedes,
fundadora celestial,
tended a estos vuestros
hijos vuestro manto maternal. Amén.
Ant. 1 Dios todopoderoso nos libre de toda cautividad, y, por María, tenga misericordia de nosotros.
Salmo 125 – DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas
Ant. 1 Dios todopoderoso nos libre de toda cautividad, y, por María, tenga misericordia de nosotros.
Ant. 2 El Señor se muestre propicio a su heredad, que ha redimido con su gran poder.
Salmo 126 – EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.
Ant. 2 El Señor se muestre propicio a su heredad, que ha redimido con su gran poder.
Ant. 3 Alabemos el nombre del Señor, que por la Virgen María nos ha tratado con bondad.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN – Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Ant. 3 Alabemos el nombre del Señor, que por la Virgen María nos ha tratado con bondad.
LECTURA BREVE Cant. 8, 7.
Las aguas torrenciales no podrán apagar el amor, ni anegarlo los ríos. Si alguien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haría despreciable
RESPONSORIO BREVE
V. Todo es hermoso en ti, Virgen María, ni siquiera tienes la mancha del pecado original.
R. Todo es hermoso en ti, Virgen María, ni siquiera tienes la mancha del pecado original.
V. Madre clementísima, intercede por nosotros ante el Señor.
R. Ni siquiera tienes la mancha del pecado original.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Todo es hermoso en ti, Virgen María, ni siquiera tienes la mancha del pecado original.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Salve, Madre de misericordia, consoladora de afligidos, redentora de cautivos. Tú eres la gloria de Jerusalén, tú la alegría de Israel, tú el orgullo de nuestra raza.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma, la grandeza del Señor…
PRECES
Invoquemos al Señor, Dios todopoderoso, que en María, Madre de la Orden, nos ha mostrado predilección y misericordia, y digámosle:
Mira a la Madre de tu Hijo, y escúchanos.
Padre bondadoso, que has preservado a María de toda mancha de pecado
haz que tus hijos, muertos al pecado, vivan en
santidad la vocación a la que fueron llamados.
Señor, que has constituido a María Madre de la gracia, dándonos por medio de ella a tu único Hijo
concede a los miembros de la Iglesia, ser
testigos de tu caridad.
Dueño de la mies, aumenta y santifica esta familia de María,
que nuestras vidas, entregadas a la oración y al
apostolado, sean ofrenda grata en tu presencia.
Señor, que has dado fortaleza a María para permanecer junto a la cruz de Cristo,
ayuda a nuestros hermanos y hermanas
enfermos, para que sepan ofrecerte la
riqueza de sus sufrimientos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Eterno Padre, por intercesión de María, unida a su Hijo en el misterio pascual de muerte y resurrección
concede a nuestros hermanos difuntos el
premio de sus trabajos, para que alaben tu
nombre por siempre.
Concluyamos nuestra oración diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro Maestro: Padre nuestro…
ORACIÓN
Oh Dios omnipotente y misericordioso, que has suscitado, bajo el patrocinio de la Madre de tu Hijo, una familia de religiosos imitadores de la caridad de Cristo hasta la entrega de sí mismos para liberar a los fieles cautivos; haz que guiados por María, inspiradora de esta obra, dediquemos nuestra vida a promover la verdadera libertad de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
O bien
Padre misericordioso, que enviaste al mundo a tu Hijo Jesucristo, Redentor nuestro, con la maternal cooperación de la Virgen María: concede a cuantos la invocamos con el título de la Merced, gozar la libertad de hijos, que Cristo Señor nos mereció con su sacrificio, y ofrecerla incansablemente a todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
SAN PEDRO NOLASCO, RUEGA POR NOSOTROS
RELIGIOSO, FUNDADOR DE LA ORDEN MERCEDARIA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Siguiendo tus huellas
haremos camino.
Alienta, Nolasco,
nuestro impulso santo hacia el compromiso.
Los hombres oprimen
por ley de egoísmo
y hoy igual que antaño
existen cautivos
El amor claudica,
la fe está en peligro.
Nosotros queremos
ser sal, luz, alivio.
Sacrificaremos
nuestro ser mezquino
para que libere
en nosotros Cristo. Amén.
Ant. 1 Dando un gran ejemplo de caridad, san Pedro consagró su vida al Señor para liberar a los cristianos cautivos, aleluya.
Salmo 112 – ALABADO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Ant. 1 Dando un gran ejemplo de caridad, san Pedro consagró su vida al Señor para liberar a los cristianos cautivos, aleluya.
Ant. 2 Visitaba a los que estaban en cautividad, y les daba consejos de salvación, aleluya.
Salmo 145 – FELICIDAD DE LOS QUE ESPERAN EN DIOS.
Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.
No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos;
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.
Ant. 2 Visitaba a los que estaban en cautividad, y les daba consejos de salvación, aleluya.
Ant. 3 Movido a compasión por las angustias de los cautivos, oraba constantemente al Señor por su liberación, aleluya.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN – Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Ant. 3 Movido a compasión por las angustias de los cautivos, oraba constantemente al Señor por su liberación, aleluya.
LECTURA BREVE 1Jn 3, 14.16.18
Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida: lo sabemos porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte. En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos. Hijos míos, no amemos con palabras y solamente de boca, sino con obras y de verdad.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo dio su vida para la redención de muchos, aleluya, aleluya
R. Cristo dio su vida para la redención de muchos, aleluya, aleluya
V. A fin de salvarnos
R. Aleluya, aleluya
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo dio su vida para la redención de muchos, aleluya, aleluya
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos, aleluya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma, la grandeza del Señor…
PRECES
Alabemos a Cristo, Redentor del mundo, que por medio de Pedro Nolasco, redentor de cautivos, nos enseña que quiere ser amado y servido en los necesitados, digámosle:
Señor haznos sentir tu caridad.
Cristo, que te entregaste a la inmolación y a la muerte para salvarnos
concédenos ejercitar una caridad redentora
semejante a la tuya.
Señor, que descendiste a liberar a los justos que esperaban tu venida
inspíranos la solicitud y la entrega en favor de
los más necesitados.
Pastor eterno, que los superiores de la Orden guarden el rebaño a ellos confiado,
hazlos fuertes en la fe y diligentes en la guía de
las almas hacia ti.
Que los Institutos que forman la familia mercedaria se sientan confortados por tu ayuda,
la figura de Pedro Nolasco, fiel imitador de tu
caridad, sea estímulo a la actividad redentora.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Reunidos por ti bajo la protección de María, te recomendamos a los hermanos que partieron de entre nosotros a tu encuentro,
condúcelos a participar de la plenitud de tu
Reino.
Llenos de esperanza invoquemos juntos al Padre diciendo: Padre nuestro…
ORACIÓN
Oh Señor, que has revestido de la caridad de Cristo a nuestro Padre san Pedro Nolasco, y, por medio de la Virgen María, lo has hecho mensajero de amor y de libertad para los cristianos cautivos; concédenos imitar sus ejemplos para la liberación de todos los oprimidos, y la edificación de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
INVITATORIO
Venid, adoremos a Cristo, Redentor del mundo, aleluya.
HIMNO
De los cautivos redentor glorioso,
que de Jesús seguiste los caminos,
jubilosos tu fiesta celebramos
Pedro Nolasco.
Humilde siervo de la excelsa Reina,
mientras sumido en oración imploras,
ella un mensaje salvador te inspira:
“libra, redime”
Para Dios y por Dios, y por María,
todo lo das en redimir cautivos;
y, al ver en cruz la Caridad eterna,
te das tú mismo
Hoy, como ayer, el hombre es oprimido,
hoy, como ayer, está la fe en cadenas;
haz de nosotros nuevos redentores
en pos de Cristo.
¡Siempre bendito y alabado sea
el Padre con el Hijo que nos salva,
al Espíritu Santo honor y gloria;
Trinidad sacra! Amén.
Ant. 1 El Señor se adelantó a bendecirlo con el éxito, le hizo portador de libertad para el pobre que no tenía valedor, aleluya.
SALMO 62, 2-9 – EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Ant. 1 El Señor se adelantó a bendecirlo con el éxito, le hizo portador de libertad para el pobre que no tenía valedor, aleluya.
Ant. 2 El Señor redime a sus siervos: le bendecirán y ensalzarán por los siglos, aleluya
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR – Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Ant. 2 El Señor redime a sus siervos: le bendecirán y ensalzarán por los siglos, aleluya
Ant. 3 Volverán los rescatados del Señor, vendrán a Sión con cánticos; siguiéndolos, gozo y alegría, aleluya.
Salmo 149 – ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Ant. 3 Volverán los rescatados del Señor, vendrán a Sión con cánticos; siguiéndolos, gozo y alegría, aleluya.
LECTURA BREVE 1Jn 3, 17-18
Si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios? Hijos míos, no amemos con palabras y solamente de boca, sino con obras y de verdad.
RESPONSORIO BREVE
V. Os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho, aleluya, aleluya
R. Os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho, aleluya, aleluya
V. El Señor me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos, a dar libertad a los oprimidos
R. Aleluya, aleluya
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho, aleluya, aleluya
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor nos visitó por medio de su siervo Pedro, para que, libres del poder de nuestros enemigos, le sirvamos en santidad y justicia, aleluya.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel…
PRECES
Como consagrados a Dios y llamados al seguimiento de Cristo, oremos confiadamente al Señor:
Santifícanos, Padre, presente entre nosotros.
Te damos gracias, Padre, y te bendecimos por medio de Cristo en el Espíritu Santo,
te pedimos que todas nuestras palabras y obras
sean dirigidas a tu santo servicio.
Tú que eres compasivo y misericordioso,
conviértenos como a Pedro Nolasco en signo de
tu caridad en medio de los hombres
Te pedimos por la Orden, por todos los Institutos mercedarios y por las vocaciones con que te dignas acrecentarlos,
fomenta en sus miembros una grande fidelidad
en la imitación de Cristo Redentor.
Haz que nos detengamos junto a los hermanos que por malicia o errores de otros hombres experimentan dificultad en permanecerte fieles
y, como Nolasco, sostengamos su fe en ti, el más
grande de tus dones.
Tú que nos has reunido bajo el nombre y la protección de María de la Merced,
concédenos vivir la alegría de nuestra donación.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Con el deseo de que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue al mundo: Padre nuestro…
ORACIÓN
Oh Señor, que has revestido de la caridad de Cristo a nuestro Padre san Pedro Nolasco, y, por medio de la Virgen María, lo has hecho mensajero de amor y de libertad para los cristianos cautivos; concédenos imitar sus ejemplos para la liberación de todos los oprimidos, y la edificación de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Por redimir al hombre
al bajo suelo descendió Jesús,
por redimir cautivos
a las mazmorras descendiste tú:
¡Salve, Orden redentora,
imitadora fiel del Redentor!
Redimir a los hombres fue su lema
y redimir cautivos tu blasón.
Con sangre de sus venas
a los mortales redimió Jesús;
con sangre de tus hijos
a los cautivos redimías tú:
¡Oh cuántos hijos tuyos
por redimir llegaron a morir!
¡Muerte feliz, trasunto de la muerte
del que, muriendo, quiso redimir!
María fue tu Madre,
ella tu ser y corazón formó;
ella excitó en tus hijos
esa ardorosa sed de redención:
cual fue corredentora,
unida siempre al que murió en la cruz,
corredentora te hizo, Orden celeste,
unida siempre con tu amor, Jesús.
Ant. 1 Pedro, padre de nuestra Orden, fue acepto a Dios al ofrecerse para la redención de los cautivos, aleluya.
Salmo 110 – GRANDES SON LAS OBRAS DEL SEÑOR
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.
Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.
Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su poder,
dándoles la heredad de los gentiles.
Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.
Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.
Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.
Ant. 1 Pedro, padre de nuestra Orden, fue acepto a Dios al ofrecerse para la redención de los cautivos, aleluya.
Ant. 2 El Señor salvó a su pueblo, conmovido por los gemidos que prefería bajo el yugo de sus opresores, aleluya.
Salmo 125 – DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas
Ant. 2 El Señor salvó a su pueblo, conmovido por los gemidos que prefería bajo el yugo de sus opresores, aleluya.
Ant. 3 Anunciad con gritos de júbilo, proclamad hasta el extremo de la tierra: “ El Señor ha redimido a su pueblo”, aleluya.
2 Cor 1, 3-7. 9-11 – CÁNTICO.
¡Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
Padre de misericordia y Dios del consuelo!
Él nos alienta en nuestras luchas,
hasta el punto de poder nosotros alentar
a los demás en cualquier lucha
repartiendo con ellos el ánimo
que nosotros recibimos de Dios
Si los sufrimientos de Cristo rebosan
sobre nosotros,
gracias a Cristo rebosa en proporción
nuestro ánimo.
Si nos toca luchar,
es para vuestro aliento y salvación;
si recibimos aliento,
es para comunicaros un aliento
con el que podáis aguantar
los mismos sufrimientos
que padecemos nosotros.
Nos dais firmes motivos de esperanza,
pues sabemos que si sois compañeros en el sufrir,
también lo sois en el buen ánimo.
Hemos tenido sobre nosotros
la sentencia de muerte,
para que no pongamos la confianza
en nosotros mismos,
sino en Dios que resucita a los muertos.
Él nos libró de tan mortal peligro,
y nos librará;
en él esperamos que nos seguirá librando;
contribuid también vosotros con la oración
en favor nuestro,
para que la gracia obtenida
por intervención de muchos
sea por muchos agradecida en nuestro nombre.
Ant. 3 Anunciad con gritos de júbilo, proclamad hasta el extremo de la tierra: “ El Señor ha redimido a su pueblo”, aleluya.
LECTURA BREVE Gal 5, 13-14
Hermanos, habéis sido llamados a la libertad; sólo que no toméis de esa libertad pretexto para la carne. Antes al contrario, servíos por amor los unos a los otros. Pues toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”
RESPONSORIO BREVE
V. Venid, benditos de mi Padre, recibid en herencia el Reino, aleluya, aleluya.
R. Venid, benditos de mi Padre, recibid en herencia el Reino, aleluya, aleluya.
V. Estuve en la cárcel y vinisteis a visitarme.
R. Aleluya, aleluya
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Venid, benditos de mi Padre, recibid en herencia el Reino, aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Hagamos el elogio del varón glorioso, nuestro padre, tratemos de imitar su ardiente caridad: escuchó a los afligidos, cautivos de miserias y cadenas; los salvó de sus perseguidores y los redimió del poder de sus enemigos, aleluya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma, la grandeza del Señor…
PRECES
Glorifiquemos a Cristo Redentor, que nos ofrece en san Pedro Nolasco un modelo para vivir entre los hombres de hoy la caridad que libera, redime y santifica. Digámosle:
Haz de nosotros mensajeros de tu salvación.
Tú, Señor, que has visitado nuestro destierro y nos has liberado del pecado,
concédenos proclamar ante los hombres tu
redención.
Salvador del mundo, que te has identificado con los pobres y has hecho tuyo el dolor de los oprimidos
haz que sepamos entrever tu presencia y que
no sea vano nuestro paso junto a ellos.
Tú que inspiraste a Pedro Nolasco el servicio de la caridad al cautivo,
enséñanos a continuar su obra entre los
cautivos de hoy.
Hijo de María, a la que has hecho reflejo de tu misericordia y Madre nuestra,
guíanos a amarla como hijos y a proclamarla
instrumento de tu bondad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Hijo del Padre, que nos santificas por el Espíritu en esta familia de María de la Merced y de Pedro Nolasco
acoge a tu lado a los hermanos que, acabada
su jornada, partieron de entre nosotros.
Con gozo, unidos a Jesús, digamos juntos: Padre nuestro…
ORACIÓN
Oh Señor, que has revestido de la caridad de Cristo a nuestro Padre san Pedro Nolasco, y, por medio de la Virgen María, lo has hecho mensajero de amor y de libertad para los cristianos cautivos; concédenos imitar sus ejemplos para la liberación de todos los oprimidos, y la edificación de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
6 DE NOVIEMBRE
FIESTA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
Ant. Venid, adoremos al Señor, a quien glorifica la asamblea de los Santos.
HIMNO
Gózate, clara progenie,
que de Dios la Madre hermosa
llama a la cumbre gloriosa
de singular perfección.
Porque el hijo de María,
en aras de amor sublime,
se entrega por el que gime
en temerosa prisión.
No hay amor más excelente,
caridad más encendida,
que dar por otro la vida
a semejanza de Dios.
Cristo, victima divina,
precio que al hombre libera,
danos llevar por doquiera
la luz de tu redención;
Que en virtud de tu llamada
tuyos tan solo seamos
y, con María, vivamos
una esclavitud de amor. Amén.
Ant. 1 Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
SALMO 62, 2-9 – EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Ant. 1 Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Ant. 2 Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justica, porque ellos quedarán saciados.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR – Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Ant. 2 Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justica, porque ellos quedarán saciados.
Ant. 3 Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán “los hijos de Dios”. Dichosos los perseguidos por casusa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Salmo 149 – ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Ant. 3 Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán “los hijos de Dios”. Dichosos los perseguidos por casusa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
LECTURA BREVE Ef. 1, 17-18
El Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los Santos.
RESPONSORIO BREVE
V. Alegraos en el Señor, y gozad, justos.
R. Alegraos en el Señor, y gozad, justos.
V. Aclamadlo los de corazón sincero
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Alegraos en el Señor, y gozad, justos.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. ¡A ti, ¡Señor, te alaba la multitud gozosa de los religiosos, el admirable coro de las vírgenes, el ejército esforzado de los mártires! Todos los Santos de nuestra Orden proclaman unánimes: Santa Trinidad, Único Dios!
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel…
PRECES
Alabemos al santo nombre de Dios, y glorifiquémosle diciendo:
Señor, solo tú eres santo.
Te bendecimos, Señor, que por medio de los Santos nos recuerdas tu santidad,
que nuestra vida humilde y pura nos haga dignos de contemplarte eternamente.
Tú que estableciste nuestra familia religiosa en la Iglesia,
santifícanos por los consejos evangélicos y el carisma de la caridad redentora.
Señor, que nos dejaste a María como maestra de la escuela de santidad que es la vida religiosa,
ella, que intercede por nosotros, presida nuestra plegaria fraterna para glorificarte.
Padre misericordioso, que eres admirable en tus Santos,
haz que, como ellos, recibamos de la Palabra y de los sacramentos la fortaleza
para serte fieles.
Recordamos ante ti a todos los religiosos que nos han precedido, y gozan con Cristo y María en el cielo,
concédenos valorar nuestros sufrimientos y trabajos a la luz de tus promesas.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concluyamos nuestras suplicas con la misma oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro…
ORACIÓN
Oh Dios, fuente del amor, que has hecho resplandecer la imagen de tu misericordia en los Santos de la Orden, que se dedicaron al servicio del prójimo bajo el patrocinio de nuestra Santísima Madre; concédenos modelar nuestra vida conforme a la suya e infúndenos la caridad que admiramos en ellos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Por redimir al hombre
al bajo suelo descendió Jesús,
por redimir cautivos
a las mazmorras descendiste tú:
¡Salve, Orden redentora,
imitadora fiel del Redentor!
Redimir a los hombres fue su lema
y redimir cautivos tu blasón.
Con sangre de sus venas
a los mortales redimió Jesús;
con sangre de tus hijos
a los cautivos redimías tú:
¡Oh cuántos hijos tuyos
por redimir llegaron a morir!
¡Muerte feliz, trasunto de la muerte
del que, muriendo, quiso redimir!
María fue tu Madre,
ella tu ser y corazón formó;
ella excitó en tus hijos
esa ardorosa sed de redención:
cual fue corredentora,
unida siempre al que murió en la cruz,
corredentora te hizo, Orden celeste,
unida siempre con tu amor, Jesús.
Ant. 1 Los Santos guardaron con paciencia los preceptos de Dios y la fe de Jesús.
Salmo 109, 1-5. 7 – EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.
Ant. 1 Los Santos guardaron con paciencia los preceptos de Dios y la fe de Jesús.
Ant. 2 Preciosa es a los ojos del Señor la muerte de sus Santos.
Salmo 115 – ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Vale mucho a los ojos del Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Ant. 2 Preciosa es a los ojos del Señor la muerte de sus Santos.
Ant. 3 Alabad a nuestro Dios todos sus siervos y cuantos le teméis, pequeños y grandes.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap. 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Ant. 3 Alabad a nuestro Dios todos sus siervos y cuantos le teméis, pequeños y grandes.
LECTURA BREVE 2 Co 6, 16; 7,1
Nosotros somos templo de Dios vivo, como dijo Dios: «Habitaré en medio de ellos y andaré entre ellos; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.» Estas promesas tenemos queridos hermanos; por eso, limpiemos toda suciedad de cuerpo o de espíritu, para ir completando nuestra consagración con fidelidad a Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. Tú nos has redimido, Señor, con el precio de tu sangre.
R. Tú nos has redimido, Señor, con el precio de tu sangre
V. De entre todas las razas, lenguas, pueblos y naciones.
R. Con el precio de tu sangre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Tú nos has redimido, Señor, con el precio de tu sangre
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Oh Señor, esperanza de los Santos y alcázar de salvación, has dado la herencia a los que temen tu nombre; habitarán por siempre en tu morada, aleluya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma, la grandeza del Señor…
PRECES
Acudamos alegres a nuestro Dios, corona de todos los Santos, y digámosle:
Que tus siervos te alaben y bendigan.
Tú que manifiestas en los Santos tu rostro y tu Palabra
otorga a tus fieles, sentirse más cerca de ti por
su imitación.
Bendito seas, Señor, por haber suscitado a los Santos para iluminar a tu Iglesia
renueva en esta hora los prodigios de tu gracia,
para gloria de tu nombre
Dios Padre, que hiciste a María la criatura más santa de cielo y tierra,
su vida sea para todos nosotros el programa de
santificación.
Que nuestros religiosos y hermanas que has premiado con la corona inmortal
nos estimulen a vivir según el Evangelio y ser
testigos de tu caridad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concede a los difuntos vivir en compañía de María, Reina de todos los Santos
y a nosotros, bendecirte con ellos desde ahora
y por siempre.
Porque Jesús ha resucitado, todos somos hijos de Dios, por ello nos atrevemos a decir: Padre nuestro…
ORACIÓN
Oh Dios, fuente del amor, que has hecho resplandecer la imagen de tu misericordia en los Santos de la Orden, que se dedicaron al servicio del prójimo bajo el patrocinio de nuestra Santísima Madre; concédenos modelar nuestra vida conforme a la suya e infúndenos la caridad que admiramos en ellos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
24 DE SEPTIEMBRE
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Celebra ¡oh prole escogida!
a tu Madre bondadosa,
por quien libraste amorosa
al mundo de esclavitud.
Ella acudió desde el cielo
a la voz de tus clamores,
a mitigar los dolores
con tierna solicitud.
Bendita seáis ¡Oh Madre!
de cautivos Redentora
que desatáis bienhechora
los hierros del pecador.
Y a vos ¡Trinidad excelsa!
os damos gloria, alabanza;
que por vos el hombre alcanza
de sus culpas redención. Amén
Ant. 1 Alaben el nombre del Señor los redimidos del Señor, los que él liberó del poder de los opresores.
Salmo 112 – ALABADO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Ant. 1 Alaben el nombre del Señor los redimidos del Señor, los que él liberó del poder de los opresores.
Ant. 2 No hizo cosa igual con ninguna otra nación: el Señor redimió a los que confiaban en él.
Salmo 147- ACCIÓN DE GRACIAS POR LA RESTAURACIÓN DE ISRAEL
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de tí;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
El envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
Hace caer como el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Ant. 2 No hizo cosa igual con ninguna otra nación: el Señor redimió a los que confiaban en él.
Ant. 3 Bendecimos a María, la llena de gracia: por ella hemos participado del fruto de la vida.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN – Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Ant. 3 Bendecimos a María, la llena de gracia: por ella hemos participado del fruto de la vida.
LECTURA BREVE Gal 4, 4-5
Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.
RESPONSORIO BREVE
V. Tu Concepción Inmaculada, Virgen Madre de Dios, anunció la alegría a todo el mundo.
R. Tu Concepción Inmaculada, Virgen Madre de Dios, anunció la alegría a todo el mundo.
V. Pues de ti nació Cristo, que, borrando la maldición, nos trajo la bendición.
R. Anunció la alegría a todo el mundo
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Tu Concepción Inmaculada, Virgen Madre de Dios, anunció la alegría a todo el mundo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Alabad al Señor nuestro Dios, que no desamparó a los que esperaban en él; y cumplió en María la misericordia que había prometido a la casa de Israel, aleluya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma, la grandeza del Señor…
PRECES
Proclamemos la bondad y misericordia de Dios, que eligió a la Virgen María para Madre del Verbo encarnado, e invoquémosle diciendo:
La Madre de Cristo interceda por nosotros.
Señor, tú que desde la caída del hombre nos prometiste la salvación en Cristo
haz que vivamos unidos a nuestro Salvador y
seamos portadores de redención.
Tú que nos muestras por medio de María cómo nos salvas,
enséñanos a facilitar a los demás el camino de
la salvación.
Te pedimos por los pastores y superiores a los que has confiado nuestras comunidades
hazlos fuertes en la fe y diligentes en el servicio
de sus hermanos.
Traemos a tu presencia los sufrimientos de los cautivos y de los que padecen por la fe,
dales tu ayuda para que sepan valorar el
sentido del dolor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
A los que han completado en su carne la pasión de Cristo, oprimidos y privados de libertad, y a cuantos has llamado a ti
concédeles, Señor, la alegría de la vida
inmortal.
Llenos de fe invoquemos juntos al Padre común, repitiendo la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro….
ORACIÓN
Oh Dios omnipotente y misericordioso, que has suscitado, bajo el patrocinio de la Madre de tu Hijo, una familia de religiosos imitadores de la caridad de Cristo hasta la entrega de sí mismos para liberar a los fieles cautivos; haz que guiados por María, inspiradora de esta obra, dediquemos nuestra vida a promover la verdadera libertad de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
O bien
Padre misericordioso, que enviaste al mundo a tu Hijo Jesucristo, Redentor nuestro, con la maternal cooperación de la Virgen María: concede a cuantos la invocamos con el título de la Merced, gozar la libertad de hijos, que Cristo Señor nos mereció con su sacrificio, y ofrecerla incansablemente a todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
INVITATORIO
Ant. Celebremos la solemnidad de santa María Virgen: adoremos a su Hijo, Cristo Redentor.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
¡Oh Virgen excelsa, sagrada, María,
más clara que el día,
más pura que el sol!
Amantes esclavos cantamos tus glorias,
que son las victorias
de la Redención.
En la noche venturosa,
más que el día, que radiosa
descendiste de los cielos como dulce despertar,
gozó el mundo los fulgores
de caminos redentores,
y del blanco escapulario hizo emblema de la paz.
Rendid, ¡oh naciones! las frentes orladas;
las glorias pasadas
rendid a sus pies:
Es ella bandera que al cielo nos guía.
¡Cantad a María, Reina de la Merced!
Amén.
Ant. 1 Celebremos con gozo la solemnidad de Santa María, para que interceda por nosotros ante nuestro Señor Jesucristo.
SALMO 62, 2-9 – EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Ant. 1 Celebremos con gozo la solemnidad de Santa María, para que interceda por nosotros ante nuestro Señor Jesucristo.
Ant. 2 Ensalcemos a nuestra Madre, para quien brillan las estrellas del alba, más bella que el sol, más pura que la luz.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR – Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Ant. 2 Ensalcemos a nuestra Madre, para quien brillan las estrellas del alba, más bella que el sol, más pura que la luz.
Ant. 3 Cantemos al Seño, porque en María ha manifestado su amor a su pueblo.
Salmo 149 – ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Ant. 3 Cantemos al Seño, porque en María ha manifestado su amor a su pueblo.
LECTURA BREVE Is. 61, 10
Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como a una novia que se adorna con sus joyas.
RESPONSORIO BREVE
V. Atiende desde el cielo, mira y vista tu viña.
R. Atiende desde el cielo, mira y vista tu viña.
V. Y protégela, pues la ha plantado tu diestra
R. Mira y vista tu viña.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Atiende desde el cielo, mira y vista tu viña.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. ¡Oh Virgen de vírgenes: ¡tú fuente de piedad, compadecida de los dolores humanos, viniste a nuestro encuentro para liberar a los que yacían en tinieblas y sombras de muerte, y romper sus cadenas, aleluya!
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel…
PRECES
Bendigamos a Cristo, cuya Madre, María, creyendo y obedeciendo a la Palabra, lo engendró y lo ofreció al mundo como Salvador, y digámosle:
Jesús, Hijo de María, escúchanos.
Cristo Redentor, que viniste a liberar a los hombres de la servidumbre del pecado,
concede a todos los hombres la verdadera
libertad.
Oh Dios de bondad, que realizaste prodigios por la oración de María, tu Madre,
ejercita por medio de ella tu misericordia en
favor de cuantos se debaten en tentaciones y
peligros.
Tú que viniste a evangelizar a los pobres, a proclamar la libertad a los cautivos y a predicar un tiempo de gracia,
concede a tu Iglesia, anunciar el Reino con
valentía.
Maestro divino, que propones a tus predilectos el programa de las bienaventuranzas,
haz, que respondamos generosamente, como
María, guardando tu Palabra en nuestro
corazón.
Víctima de la más grande caridad, que nos diste a María por Madre en el momento de tu sacrificio redentor,
enséñanos por ella a servir a los hermanos que
sufren por la fe o corren el riesgo de perderla.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Con el deseo de que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su Reino llegue al mundo: Padre nuestro….
ORACIÓN
Oh Dios omnipotente y misericordioso, que has suscitado, bajo el patrocinio de la Madre de tu Hijo, una familia de religiosos imitadores de la caridad de Cristo hasta la entrega de sí mismos para liberar a los fieles cautivos; haz que guiados por María, inspiradora de esta obra, dediquemos nuestra vida a promover la verdadera libertad de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
O bien
Padre misericordioso, que enviaste al mundo a tu Hijo Jesucristo, Redentor nuestro, con la maternal cooperación de la Virgen María: concede a cuantos la invocamos con el título de la Merced, gozar la libertad de hijos, que Cristo Señor nos mereció con su sacrificio, y ofrecerla incansablemente a todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Madre nuestra de Mercedes,
fundadora celestial,
tended a estos vuestros hijos
vuestro manto maternal.
De los cielos descendisteis
por mostrarnos vuestro amor,
y en memoria nos vestisteis
librea de albo color.
Pues que así manifestasteis
vuestro afecto sin igual,
tended a estos vuestros hijos
vuestro manto maternal.
Tiene la Orden mercedaria
una promesa de vos:
que hasta el fin de aqueste mundo
tendrá vuestra protección;
pues que somos hijos de ella,
Madre nuestra celestial,
tended a estos vuestros hijos
vuestro manto maternal.
Madre nuestra de Mercedes,
fundadora celestial,
tended a estos vuestros
hijos vuestro manto maternal. Amén.
Ant. 1 Dios todopoderoso nos libre de toda cautividad, y, por María, tenga misericordia de nosotros.
Salmo 125 – DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas
Ant. 1 Dios todopoderoso nos libre de toda cautividad, y, por María, tenga misericordia de nosotros.
Ant. 2 El Señor se muestre propicio a su heredad, que ha redimido con su gran poder.
Salmo 126 – EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.
Ant. 2 El Señor se muestre propicio a su heredad, que ha redimido con su gran poder.
Ant. 3 Alabemos el nombre del Señor, que por la Virgen María nos ha tratado con bondad.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN – Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Ant. 3 Alabemos el nombre del Señor, que por la Virgen María nos ha tratado con bondad.
LECTURA BREVE Cant. 8, 7.
Las aguas torrenciales no podrán apagar el amor, ni anegarlo los ríos. Si alguien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haría despreciable
RESPONSORIO BREVE
V. Todo es hermoso en ti, Virgen María, ni siquiera tienes la mancha del pecado original.
R. Todo es hermoso en ti, Virgen María, ni siquiera tienes la mancha del pecado original.
V. Madre clementísima, intercede por nosotros ante el Señor.
R. Ni siquiera tienes la mancha del pecado original.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Todo es hermoso en ti, Virgen María, ni siquiera tienes la mancha del pecado original.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Salve, Madre de misericordia, consoladora de afligidos, redentora de cautivos. Tú eres la gloria de Jerusalén, tú la alegría de Israel, tú el orgullo de nuestra raza.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma, la grandeza del Señor…
PRECES
Invoquemos al Señor, Dios todopoderoso, que en María, Madre de la Orden, nos ha mostrado predilección y misericordia, y digámosle:
Mira a la Madre de tu Hijo, y escúchanos.
Padre bondadoso, que has preservado a María de toda mancha de pecado
haz que tus hijos, muertos al pecado, vivan en
santidad la vocación a la que fueron llamados.
Señor, que has constituido a María Madre de la gracia, dándonos por medio de ella a tu único Hijo
concede a los miembros de la Iglesia, ser
testigos de tu caridad.
Dueño de la mies, aumenta y santifica esta familia de María,
que nuestras vidas, entregadas a la oración y al
apostolado, sean ofrenda grata en tu presencia.
Señor, que has dado fortaleza a María para permanecer junto a la cruz de Cristo,
ayuda a nuestros hermanos y hermanas
enfermos, para que sepan ofrecerte la
riqueza de sus sufrimientos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Eterno Padre, por intercesión de María, unida a su Hijo en el misterio pascual de muerte y resurrección
concede a nuestros hermanos difuntos el
premio de sus trabajos, para que alaben tu
nombre por siempre.
Concluyamos nuestra oración diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro Maestro: Padre nuestro…
ORACIÓN
Oh Dios omnipotente y misericordioso, que has suscitado, bajo el patrocinio de la Madre de tu Hijo, una familia de religiosos imitadores de la caridad de Cristo hasta la entrega de sí mismos para liberar a los fieles cautivos; haz que guiados por María, inspiradora de esta obra, dediquemos nuestra vida a promover la verdadera libertad de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
O bien
Padre misericordioso, que enviaste al mundo a tu Hijo Jesucristo, Redentor nuestro, con la maternal cooperación de la Virgen María: concede a cuantos la invocamos con el título de la Merced, gozar la libertad de hijos, que Cristo Señor nos mereció con su sacrificio, y ofrecerla incansablemente a todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
SAN PEDRO NOLASCO, RUEGA POR NOSOTROS
RELIGIOSO, FUNDADOR DE LA ORDEN MERCEDARIA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Siguiendo tus huellas
haremos camino.
Alienta, Nolasco,
nuestro impulso santo hacia el compromiso.
Los hombres oprimen
por ley de egoísmo
y hoy igual que antaño
existen cautivos
El amor claudica,
la fe está en peligro.
Nosotros queremos
ser sal, luz, alivio.
Sacrificaremos
nuestro ser mezquino
para que libere
en nosotros Cristo. Amén.
Ant. 1 Dando un gran ejemplo de caridad, san Pedro consagró su vida al Señor para liberar a los cristianos cautivos, aleluya.
Salmo 112 – ALABADO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Ant. 1 Dando un gran ejemplo de caridad, san Pedro consagró su vida al Señor para liberar a los cristianos cautivos, aleluya.
Ant. 2 Visitaba a los que estaban en cautividad, y les daba consejos de salvación, aleluya.
Salmo 145 – FELICIDAD DE LOS QUE ESPERAN EN DIOS.
Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.
No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;
que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos;
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.
Ant. 2 Visitaba a los que estaban en cautividad, y les daba consejos de salvación, aleluya.
Ant. 3 Movido a compasión por las angustias de los cautivos, oraba constantemente al Señor por su liberación, aleluya.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN – Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Ant. 3 Movido a compasión por las angustias de los cautivos, oraba constantemente al Señor por su liberación, aleluya.
LECTURA BREVE 1Jn 3, 14.16.18
Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida: lo sabemos porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte. En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos. Hijos míos, no amemos con palabras y solamente de boca, sino con obras y de verdad.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo dio su vida para la redención de muchos, aleluya, aleluya
R. Cristo dio su vida para la redención de muchos, aleluya, aleluya
V. A fin de salvarnos
R. Aleluya, aleluya
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo dio su vida para la redención de muchos, aleluya, aleluya
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos, aleluya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma, la grandeza del Señor…
PRECES
Alabemos a Cristo, Redentor del mundo, que por medio de Pedro Nolasco, redentor de cautivos, nos enseña que quiere ser amado y servido en los necesitados, digámosle:
Señor haznos sentir tu caridad.
Cristo, que te entregaste a la inmolación y a la muerte para salvarnos
concédenos ejercitar una caridad redentora
semejante a la tuya.
Señor, que descendiste a liberar a los justos que esperaban tu venida
inspíranos la solicitud y la entrega en favor de
los más necesitados.
Pastor eterno, que los superiores de la Orden guarden el rebaño a ellos confiado,
hazlos fuertes en la fe y diligentes en la guía de
las almas hacia ti.
Que los Institutos que forman la familia mercedaria se sientan confortados por tu ayuda,
la figura de Pedro Nolasco, fiel imitador de tu
caridad, sea estímulo a la actividad redentora.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Reunidos por ti bajo la protección de María, te recomendamos a los hermanos que partieron de entre nosotros a tu encuentro,
condúcelos a participar de la plenitud de tu
Reino.
Llenos de esperanza invoquemos juntos al Padre diciendo: Padre nuestro…
ORACIÓN
Oh Señor, que has revestido de la caridad de Cristo a nuestro Padre san Pedro Nolasco, y, por medio de la Virgen María, lo has hecho mensajero de amor y de libertad para los cristianos cautivos; concédenos imitar sus ejemplos para la liberación de todos los oprimidos, y la edificación de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
INVITATORIO
Venid, adoremos a Cristo, Redentor del mundo, aleluya.
HIMNO
De los cautivos redentor glorioso,
que de Jesús seguiste los caminos,
jubilosos tu fiesta celebramos
Pedro Nolasco.
Humilde siervo de la excelsa Reina,
mientras sumido en oración imploras,
ella un mensaje salvador te inspira:
“libra, redime”
Para Dios y por Dios, y por María,
todo lo das en redimir cautivos;
y, al ver en cruz la Caridad eterna,
te das tú mismo
Hoy, como ayer, el hombre es oprimido,
hoy, como ayer, está la fe en cadenas;
haz de nosotros nuevos redentores
en pos de Cristo.
¡Siempre bendito y alabado sea
el Padre con el Hijo que nos salva,
al Espíritu Santo honor y gloria;
Trinidad sacra! Amén.
Ant. 1 El Señor se adelantó a bendecirlo con el éxito, le hizo portador de libertad para el pobre que no tenía valedor, aleluya.
SALMO 62, 2-9 – EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Ant. 1 El Señor se adelantó a bendecirlo con el éxito, le hizo portador de libertad para el pobre que no tenía valedor, aleluya.
Ant. 2 El Señor redime a sus siervos: le bendecirán y ensalzarán por los siglos, aleluya
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR – Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Ant. 2 El Señor redime a sus siervos: le bendecirán y ensalzarán por los siglos, aleluya
Ant. 3 Volverán los rescatados del Señor, vendrán a Sión con cánticos; siguiéndolos, gozo y alegría, aleluya.
Salmo 149 – ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Ant. 3 Volverán los rescatados del Señor, vendrán a Sión con cánticos; siguiéndolos, gozo y alegría, aleluya.
LECTURA BREVE 1Jn 3, 17-18
Si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios? Hijos míos, no amemos con palabras y solamente de boca, sino con obras y de verdad.
RESPONSORIO BREVE
V. Os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho, aleluya, aleluya
R. Os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho, aleluya, aleluya
V. El Señor me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos, a dar libertad a los oprimidos
R. Aleluya, aleluya
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho, aleluya, aleluya
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El Señor nos visitó por medio de su siervo Pedro, para que, libres del poder de nuestros enemigos, le sirvamos en santidad y justicia, aleluya.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel…
PRECES
Como consagrados a Dios y llamados al seguimiento de Cristo, oremos confiadamente al Señor:
Santifícanos, Padre, presente entre nosotros.
Te damos gracias, Padre, y te bendecimos por medio de Cristo en el Espíritu Santo,
te pedimos que todas nuestras palabras y obras
sean dirigidas a tu santo servicio.
Tú que eres compasivo y misericordioso,
conviértenos como a Pedro Nolasco en signo de
tu caridad en medio de los hombres
Te pedimos por la Orden, por todos los Institutos mercedarios y por las vocaciones con que te dignas acrecentarlos,
fomenta en sus miembros una grande fidelidad
en la imitación de Cristo Redentor.
Haz que nos detengamos junto a los hermanos que por malicia o errores de otros hombres experimentan dificultad en permanecerte fieles
y, como Nolasco, sostengamos su fe en ti, el más
grande de tus dones.
Tú que nos has reunido bajo el nombre y la protección de María de la Merced,
concédenos vivir la alegría de nuestra donación.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Con el deseo de que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue al mundo: Padre nuestro…
ORACIÓN
Oh Señor, que has revestido de la caridad de Cristo a nuestro Padre san Pedro Nolasco, y, por medio de la Virgen María, lo has hecho mensajero de amor y de libertad para los cristianos cautivos; concédenos imitar sus ejemplos para la liberación de todos los oprimidos, y la edificación de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Por redimir al hombre
al bajo suelo descendió Jesús,
por redimir cautivos
a las mazmorras descendiste tú:
¡Salve, Orden redentora,
imitadora fiel del Redentor!
Redimir a los hombres fue su lema
y redimir cautivos tu blasón.
Con sangre de sus venas
a los mortales redimió Jesús;
con sangre de tus hijos
a los cautivos redimías tú:
¡Oh cuántos hijos tuyos
por redimir llegaron a morir!
¡Muerte feliz, trasunto de la muerte
del que, muriendo, quiso redimir!
María fue tu Madre,
ella tu ser y corazón formó;
ella excitó en tus hijos
esa ardorosa sed de redención:
cual fue corredentora,
unida siempre al que murió en la cruz,
corredentora te hizo, Orden celeste,
unida siempre con tu amor, Jesús.
Ant. 1 Pedro, padre de nuestra Orden, fue acepto a Dios al ofrecerse para la redención de los cautivos, aleluya.
Salmo 110 – GRANDES SON LAS OBRAS DEL SEÑOR
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.
Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.
Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su poder,
dándoles la heredad de los gentiles.
Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.
Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.
Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.
Ant. 1 Pedro, padre de nuestra Orden, fue acepto a Dios al ofrecerse para la redención de los cautivos, aleluya.
Ant. 2 El Señor salvó a su pueblo, conmovido por los gemidos que prefería bajo el yugo de sus opresores, aleluya.
Salmo 125 – DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas
Ant. 2 El Señor salvó a su pueblo, conmovido por los gemidos que prefería bajo el yugo de sus opresores, aleluya.
Ant. 3 Anunciad con gritos de júbilo, proclamad hasta el extremo de la tierra: “ El Señor ha redimido a su pueblo”, aleluya.
2 Cor 1, 3-7. 9-11 – CÁNTICO.
¡Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
Padre de misericordia y Dios del consuelo!
Él nos alienta en nuestras luchas,
hasta el punto de poder nosotros alentar
a los demás en cualquier lucha
repartiendo con ellos el ánimo
que nosotros recibimos de Dios
Si los sufrimientos de Cristo rebosan
sobre nosotros,
gracias a Cristo rebosa en proporción
nuestro ánimo.
Si nos toca luchar,
es para vuestro aliento y salvación;
si recibimos aliento,
es para comunicaros un aliento
con el que podáis aguantar
los mismos sufrimientos
que padecemos nosotros.
Nos dais firmes motivos de esperanza,
pues sabemos que si sois compañeros en el sufrir,
también lo sois en el buen ánimo.
Hemos tenido sobre nosotros
la sentencia de muerte,
para que no pongamos la confianza
en nosotros mismos,
sino en Dios que resucita a los muertos.
Él nos libró de tan mortal peligro,
y nos librará;
en él esperamos que nos seguirá librando;
contribuid también vosotros con la oración
en favor nuestro,
para que la gracia obtenida
por intervención de muchos
sea por muchos agradecida en nuestro nombre.
Ant. 3 Anunciad con gritos de júbilo, proclamad hasta el extremo de la tierra: “ El Señor ha redimido a su pueblo”, aleluya.
LECTURA BREVE Gal 5, 13-14
Hermanos, habéis sido llamados a la libertad; sólo que no toméis de esa libertad pretexto para la carne. Antes al contrario, servíos por amor los unos a los otros. Pues toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”
RESPONSORIO BREVE
V. Venid, benditos de mi Padre, recibid en herencia el Reino, aleluya, aleluya.
R. Venid, benditos de mi Padre, recibid en herencia el Reino, aleluya, aleluya.
V. Estuve en la cárcel y vinisteis a visitarme.
R. Aleluya, aleluya
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Venid, benditos de mi Padre, recibid en herencia el Reino, aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Hagamos el elogio del varón glorioso, nuestro padre, tratemos de imitar su ardiente caridad: escuchó a los afligidos, cautivos de miserias y cadenas; los salvó de sus perseguidores y los redimió del poder de sus enemigos, aleluya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma, la grandeza del Señor…
PRECES
Glorifiquemos a Cristo Redentor, que nos ofrece en san Pedro Nolasco un modelo para vivir entre los hombres de hoy la caridad que libera, redime y santifica. Digámosle:
Haz de nosotros mensajeros de tu salvación.
Tú, Señor, que has visitado nuestro destierro y nos has liberado del pecado,
concédenos proclamar ante los hombres tu
redención.
Salvador del mundo, que te has identificado con los pobres y has hecho tuyo el dolor de los oprimidos
haz que sepamos entrever tu presencia y que
no sea vano nuestro paso junto a ellos.
Tú que inspiraste a Pedro Nolasco el servicio de la caridad al cautivo,
enséñanos a continuar su obra entre los
cautivos de hoy.
Hijo de María, a la que has hecho reflejo de tu misericordia y Madre nuestra,
guíanos a amarla como hijos y a proclamarla
instrumento de tu bondad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Hijo del Padre, que nos santificas por el Espíritu en esta familia de María de la Merced y de Pedro Nolasco
acoge a tu lado a los hermanos que, acabada
su jornada, partieron de entre nosotros.
Con gozo, unidos a Jesús, digamos juntos: Padre nuestro…
ORACIÓN
Oh Señor, que has revestido de la caridad de Cristo a nuestro Padre san Pedro Nolasco, y, por medio de la Virgen María, lo has hecho mensajero de amor y de libertad para los cristianos cautivos; concédenos imitar sus ejemplos para la liberación de todos los oprimidos, y la edificación de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
6 DE NOVIEMBRE
FIESTA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
Ant. Venid, adoremos al Señor, a quien glorifica la asamblea de los Santos.
HIMNO
Gózate, clara progenie,
que de Dios la Madre hermosa
llama a la cumbre gloriosa
de singular perfección.
Porque el hijo de María,
en aras de amor sublime,
se entrega por el que gime
en temerosa prisión.
No hay amor más excelente,
caridad más encendida,
que dar por otro la vida
a semejanza de Dios.
Cristo, victima divina,
precio que al hombre libera,
danos llevar por doquiera
la luz de tu redención;
Que en virtud de tu llamada
tuyos tan solo seamos
y, con María, vivamos
una esclavitud de amor. Amén.
Ant. 1 Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
SALMO 62, 2-9 – EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Ant. 1 Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Ant. 2 Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justica, porque ellos quedarán saciados.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR – Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
Ant. 2 Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justica, porque ellos quedarán saciados.
Ant. 3 Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán “los hijos de Dios”. Dichosos los perseguidos por casusa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Salmo 149 – ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Ant. 3 Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán “los hijos de Dios”. Dichosos los perseguidos por casusa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
LECTURA BREVE Ef. 1, 17-18
El Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los Santos.
RESPONSORIO BREVE
V. Alegraos en el Señor, y gozad, justos.
R. Alegraos en el Señor, y gozad, justos.
V. Aclamadlo los de corazón sincero
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Alegraos en el Señor, y gozad, justos.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. ¡A ti, ¡Señor, te alaba la multitud gozosa de los religiosos, el admirable coro de las vírgenes, el ejército esforzado de los mártires! Todos los Santos de nuestra Orden proclaman unánimes: Santa Trinidad, Único Dios!
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel…
PRECES
Alabemos al santo nombre de Dios, y glorifiquémosle diciendo:
Señor, solo tú eres santo.
Te bendecimos, Señor, que por medio de los Santos nos recuerdas tu santidad,
que nuestra vida humilde y pura nos haga dignos de contemplarte eternamente.
Tú que estableciste nuestra familia religiosa en la Iglesia,
santifícanos por los consejos evangélicos y el carisma de la caridad redentora.
Señor, que nos dejaste a María como maestra de la escuela de santidad que es la vida religiosa,
ella, que intercede por nosotros, presida nuestra plegaria fraterna para glorificarte.
Padre misericordioso, que eres admirable en tus Santos,
haz que, como ellos, recibamos de la Palabra y de los sacramentos la fortaleza
para serte fieles.
Recordamos ante ti a todos los religiosos que nos han precedido, y gozan con Cristo y María en el cielo,
concédenos valorar nuestros sufrimientos y trabajos a la luz de tus promesas.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concluyamos nuestras suplicas con la misma oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro…
ORACIÓN
Oh Dios, fuente del amor, que has hecho resplandecer la imagen de tu misericordia en los Santos de la Orden, que se dedicaron al servicio del prójimo bajo el patrocinio de nuestra Santísima Madre; concédenos modelar nuestra vida conforme a la suya e infúndenos la caridad que admiramos en ellos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
Por redimir al hombre
al bajo suelo descendió Jesús,
por redimir cautivos
a las mazmorras descendiste tú:
¡Salve, Orden redentora,
imitadora fiel del Redentor!
Redimir a los hombres fue su lema
y redimir cautivos tu blasón.
Con sangre de sus venas
a los mortales redimió Jesús;
con sangre de tus hijos
a los cautivos redimías tú:
¡Oh cuántos hijos tuyos
por redimir llegaron a morir!
¡Muerte feliz, trasunto de la muerte
del que, muriendo, quiso redimir!
María fue tu Madre,
ella tu ser y corazón formó;
ella excitó en tus hijos
esa ardorosa sed de redención:
cual fue corredentora,
unida siempre al que murió en la cruz,
corredentora te hizo, Orden celeste,
unida siempre con tu amor, Jesús.
Ant. 1 Los Santos guardaron con paciencia los preceptos de Dios y la fe de Jesús.
Salmo 109, 1-5. 7 – EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.
Ant. 1 Los Santos guardaron con paciencia los preceptos de Dios y la fe de Jesús.
Ant. 2 Preciosa es a los ojos del Señor la muerte de sus Santos.
Salmo 115 – ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Vale mucho a los ojos del Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Ant. 2 Preciosa es a los ojos del Señor la muerte de sus Santos.
Ant. 3 Alabad a nuestro Dios todos sus siervos y cuantos le teméis, pequeños y grandes.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap. 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Ant. 3 Alabad a nuestro Dios todos sus siervos y cuantos le teméis, pequeños y grandes.
LECTURA BREVE 2 Co 6, 16; 7,1
Nosotros somos templo de Dios vivo, como dijo Dios: «Habitaré en medio de ellos y andaré entre ellos; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.» Estas promesas tenemos queridos hermanos; por eso, limpiemos toda suciedad de cuerpo o de espíritu, para ir completando nuestra consagración con fidelidad a Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. Tú nos has redimido, Señor, con el precio de tu sangre.
R. Tú nos has redimido, Señor, con el precio de tu sangre
V. De entre todas las razas, lenguas, pueblos y naciones.
R. Con el precio de tu sangre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Tú nos has redimido, Señor, con el precio de tu sangre
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Oh Señor, esperanza de los Santos y alcázar de salvación, has dado la herencia a los que temen tu nombre; habitarán por siempre en tu morada, aleluya.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma, la grandeza del Señor…
PRECES
Acudamos alegres a nuestro Dios, corona de todos los Santos, y digámosle:
Que tus siervos te alaben y bendigan.
Tú que manifiestas en los Santos tu rostro y tu Palabra
otorga a tus fieles, sentirse más cerca de ti por
su imitación.
Bendito seas, Señor, por haber suscitado a los Santos para iluminar a tu Iglesia
renueva en esta hora los prodigios de tu gracia,
para gloria de tu nombre
Dios Padre, que hiciste a María la criatura más santa de cielo y tierra,
su vida sea para todos nosotros el programa de
santificación.
Que nuestros religiosos y hermanas que has premiado con la corona inmortal
nos estimulen a vivir según el Evangelio y ser
testigos de tu caridad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concede a los difuntos vivir en compañía de María, Reina de todos los Santos
y a nosotros, bendecirte con ellos desde ahora
y por siempre.
Porque Jesús ha resucitado, todos somos hijos de Dios, por ello nos atrevemos a decir: Padre nuestro…
ORACIÓN
Oh Dios, fuente del amor, que has hecho resplandecer la imagen de tu misericordia en los Santos de la Orden, que se dedicaron al servicio del prójimo bajo el patrocinio de nuestra Santísima Madre; concédenos modelar nuestra vida conforme a la suya e infúndenos la caridad que admiramos en ellos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.