LITURGIA DE LAS HORAS PROPIA DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DE LA MERCED

Contenido

SOLEMNIDAD DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DE LA MERCED   

I Vísperas. 

Laudes. 

II Vísperas. 

FESTIVIDAD DE SAN PEDRO NOLASCO.. 

I Vísperas. 

Laudes. 

II Vísperas. 

TODOS LOS SANTOS DE NUESTRA ORDEN.. 

Laudes.

II Vísperas. 

24 DE SEPTIEMBRE

SOLEMNIDAD DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DE LA MERCED

I Vísperas

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Celebra ¡oh prole escogida!

a tu Madre bondadosa,

por quien libraste amorosa

al mundo de esclavitud.

Ella acudió desde el cielo

a la voz de tus clamores,

a mitigar los dolores

con tierna solicitud.

Bendita seáis ¡Oh Madre!

de cautivos Redentora

que desatáis bienhechora

los hierros del pecador.

Y a vos ¡Trinidad excelsa!

os damos gloria, alabanza;

que por vos el hombre alcanza

de sus culpas redención. Amén

Ant. 1 Alaben el nombre del Señor los redimidos del Señor, los que él liberó del poder de los opresores.

Salmo 112 – ALABADO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR

Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.

Ant. 1 Alaben el nombre del Señor los redimidos del Señor, los que él liberó del poder de los opresores.

Ant. 2 No hizo cosa igual con ninguna otra nación: el Señor redimió a los que confiaban en él.

Salmo 147- ACCIÓN DE GRACIAS POR LA RESTAURACIÓN DE ISRAEL

Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de tí;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.

El envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;

Hace caer como el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.

Ant. 2 No hizo cosa igual con ninguna otra nación: el Señor redimió a los que confiaban en él.

Ant. 3 Bendecimos a María, la llena de gracia: por ella hemos participado del fruto de la vida.

Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN – Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Ant. 3 Bendecimos a María, la llena de gracia: por ella hemos participado del fruto de la vida.

LECTURA BREVE  Gal 4, 4-5

Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.

RESPONSORIO BREVE

V. Tu Concepción Inmaculada, Virgen Madre de Dios, anunció la alegría a todo el mundo.
R. Tu Concepción Inmaculada, Virgen Madre de Dios, anunció la alegría a todo el mundo.

V. Pues de ti nació Cristo, que, borrando la maldición, nos trajo la bendición.
R. Anunció la alegría a todo el mundo

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Tu Concepción Inmaculada, Virgen Madre de Dios, anunció la alegría a todo el mundo.

 

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Alabad al Señor nuestro Dios, que no desamparó a los que esperaban en él; y cumplió en María la misericordia que había prometido a la casa de Israel, aleluya.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma, la grandeza del Señor…

PRECES

Proclamemos la bondad y misericordia de Dios, que eligió a la Virgen María para Madre del Verbo encarnado, e invoquémosle diciendo:

La Madre de Cristo interceda por nosotros.

Señor, tú que desde la caída del hombre nos prometiste la salvación en Cristo

            haz que vivamos unidos a nuestro Salvador y

            seamos portadores de redención.

Tú que nos muestras por medio de María cómo nos salvas,

            enséñanos a facilitar a los demás el camino de

            la salvación.

Te pedimos por los pastores y superiores a los que has confiado nuestras comunidades

            hazlos fuertes en la fe y diligentes en el servicio

            de sus hermanos.

Traemos a tu presencia los sufrimientos de los cautivos y de los que padecen por la fe,

            dales tu ayuda para que sepan valorar el

            sentido del dolor.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

A los que han completado en su carne la pasión de Cristo, oprimidos y privados de libertad, y a cuantos has llamado a ti

            concédeles, Señor, la alegría de la vida

            inmortal.

Llenos de fe invoquemos juntos al Padre común, repitiendo la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro….

ORACIÓN

Oh Dios omnipotente y misericordioso, que has suscitado, bajo el patrocinio de la Madre de tu Hijo, una familia de religiosos imitadores de la caridad de Cristo hasta la entrega de sí mismos para liberar a los fieles cautivos; haz que guiados por María, inspiradora de esta obra, dediquemos nuestra vida a promover la verdadera libertad de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

O bien

Padre misericordioso, que enviaste al mundo a tu Hijo Jesucristo, Redentor nuestro, con la maternal cooperación de la Virgen María: concede a cuantos la invocamos con el título de la Merced, gozar la libertad de hijos, que Cristo Señor nos mereció con su sacrificio, y ofrecerla incansablemente a todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Laudes

  1. Señor abre mis labios
  2. Y mi boca proclamará tus alabanzas

INVITATORIO

Ant. Celebremos la solemnidad de santa María Virgen: adoremos a su Hijo, Cristo Redentor.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

¡Oh Virgen excelsa, sagrada, María,

más clara que el día,

más pura que el sol!

Amantes esclavos cantamos tus glorias,

que son las victorias

de la Redención.

En la noche venturosa,

más que el día, que radiosa

descendiste de los cielos como dulce despertar,

gozó el mundo los fulgores

de caminos redentores,

y del blanco escapulario hizo emblema de la paz.

Rendid, ¡oh naciones! las frentes orladas;

las glorias pasadas

rendid a sus pies:

Es ella bandera que al cielo nos guía.

¡Cantad a María, Reina de la Merced!

Amén.

Ant. 1 Celebremos con gozo la solemnidad de Santa María, para que interceda por nosotros ante nuestro Señor Jesucristo.

SALMO 62, 2-9 – EL ALMA SEDIENTA DE DIOS

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Ant. 1 Celebremos con gozo la solemnidad de Santa María, para que interceda por nosotros ante nuestro Señor Jesucristo.

Ant. 2 Ensalcemos a nuestra Madre, para quien brillan las estrellas del alba, más bella que el sol, más pura que la luz.

Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR – Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

Ant. 2 Ensalcemos a nuestra Madre, para quien brillan las estrellas del alba, más bella que el sol, más pura que la luz.

Ant. 3 Cantemos al Seño, porque en María ha manifestado su amor a su pueblo.

Salmo 149 – ALEGRÍA DE LOS SANTOS

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Ant. 3 Cantemos al Seño, porque en María ha manifestado su amor a su pueblo.

LECTURA BREVE  Is. 61, 10

Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como a una novia que se adorna con sus joyas.

RESPONSORIO BREVE

V. Atiende desde el cielo, mira y vista tu viña.
R. Atiende desde el cielo, mira y vista tu viña.

V. Y protégela, pues la ha plantado tu diestra
R. Mira y vista tu viña.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Atiende desde el cielo, mira y vista tu viña.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. ¡Oh Virgen de vírgenes: ¡tú fuente de piedad, compadecida de los dolores humanos, viniste a nuestro encuentro para liberar a los que yacían en tinieblas y sombras de muerte, y romper sus cadenas, aleluya!

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR  Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel…

 

PRECES

Bendigamos a Cristo, cuya Madre, María, creyendo y obedeciendo a la Palabra, lo engendró y lo ofreció al mundo como Salvador, y digámosle:

Jesús, Hijo de María, escúchanos.

Cristo Redentor, que viniste a liberar a los hombres de la servidumbre del pecado,

            concede a todos los hombres la verdadera

            libertad.

Oh Dios de bondad, que realizaste prodigios por la oración de María, tu Madre,

            ejercita por medio de ella tu misericordia en

            favor de cuantos se debaten en tentaciones y

            peligros.

Tú que viniste a evangelizar a los pobres, a proclamar la libertad a los cautivos y a predicar un tiempo de gracia,

            concede a tu Iglesia, anunciar el Reino con

            valentía.

Maestro divino, que propones a tus predilectos el programa de las bienaventuranzas,

            haz, que respondamos generosamente, como

            María, guardando tu Palabra en nuestro

            corazón.

Víctima de la más grande caridad, que nos diste a María por Madre en el momento de tu sacrificio redentor,

            enséñanos por ella a servir a los hermanos que

           sufren por la fe o corren el riesgo de perderla.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Con el deseo de que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su Reino llegue al mundo: Padre nuestro….

ORACIÓN

Oh Dios omnipotente y misericordioso, que has suscitado, bajo el patrocinio de la Madre de tu Hijo, una familia de religiosos imitadores de la caridad de Cristo hasta la entrega de sí mismos para liberar a los fieles cautivos; haz que guiados por María, inspiradora de esta obra, dediquemos nuestra vida a promover la verdadera libertad de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

O bien

Padre misericordioso, que enviaste al mundo a tu Hijo Jesucristo, Redentor nuestro, con la maternal cooperación de la Virgen María: concede a cuantos la invocamos con el título de la Merced, gozar la libertad de hijos, que Cristo Señor nos mereció con su sacrificio, y ofrecerla incansablemente a todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

II Vísperas

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Madre nuestra de Mercedes,

fundadora celestial,

tended a estos vuestros hijos

vuestro manto maternal.

De los cielos descendisteis

por mostrarnos vuestro amor,

y en memoria nos vestisteis

librea de albo color.

Pues que así manifestasteis

vuestro afecto sin igual,

tended a estos vuestros hijos

vuestro manto maternal.

Tiene la Orden mercedaria

una promesa de vos:

que hasta el fin de aqueste mundo

tendrá vuestra protección;

pues que somos hijos de ella,

Madre nuestra celestial,

tended a estos vuestros hijos

vuestro manto maternal.

Madre nuestra de Mercedes,

fundadora celestial,

tended a estos vuestros

hijos vuestro manto maternal. Amén.

Ant. 1 Dios todopoderoso nos libre de toda cautividad, y, por María, tenga misericordia de nosotros.

Salmo 125 – DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.

Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.

Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas

Ant. 1 Dios todopoderoso nos libre de toda cautividad, y, por María, tenga misericordia de nosotros.

Ant. 2 El Señor se muestre propicio a su heredad, que ha redimido con su gran poder.

Salmo 126 – EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.

Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.

Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.

Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.

Ant. 2 El Señor se muestre propicio a su heredad, que ha redimido con su gran poder.

Ant. 3 Alabemos el nombre del Señor, que por la Virgen María nos ha tratado con bondad.

Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN – Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Ant. 3 Alabemos el nombre del Señor, que por la Virgen María nos ha tratado con bondad.

LECTURA BREVE  Cant. 8, 7.

Las aguas torrenciales no podrán apagar el amor, ni anegarlo los ríos. Si alguien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haría despreciable

RESPONSORIO BREVE

V. Todo es hermoso en ti, Virgen María, ni siquiera tienes la mancha del pecado original.
R. Todo es hermoso en ti, Virgen María, ni siquiera tienes la mancha del pecado original.

V. Madre clementísima, intercede por nosotros ante el Señor.
R. Ni siquiera tienes la mancha del pecado original. 

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Todo es hermoso en ti, Virgen María, ni siquiera tienes la mancha del pecado original.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Salve, Madre de misericordia, consoladora de afligidos, redentora de cautivos. Tú eres la gloria de Jerusalén, tú la alegría de Israel, tú el orgullo de nuestra raza.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma, la grandeza del Señor…

PRECES

Invoquemos al Señor, Dios todopoderoso, que en María, Madre de la Orden, nos ha mostrado predilección y misericordia, y digámosle:

Mira a la Madre de tu Hijo, y escúchanos.

Padre bondadoso, que has preservado a María de toda mancha de pecado

            haz que tus hijos, muertos al pecado, vivan en

            santidad la vocación a la que fueron llamados.

Señor, que has constituido a María Madre de la gracia, dándonos por medio de ella a tu único Hijo

            concede a los miembros de la Iglesia, ser

            testigos de tu caridad.

Dueño de la mies, aumenta y santifica esta familia de María,

            que nuestras vidas, entregadas a la oración y al

            apostolado, sean ofrenda grata en tu presencia.

Señor, que has dado fortaleza a María para permanecer junto a la cruz de Cristo,

            ayuda a nuestros hermanos y hermanas

            enfermos, para que sepan ofrecerte la

            riqueza de sus sufrimientos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Eterno Padre, por intercesión de María, unida a su Hijo en el misterio pascual de muerte y resurrección

           concede a nuestros hermanos difuntos el   

           premio de sus trabajos, para que alaben tu

           nombre por siempre.

Concluyamos nuestra oración diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro Maestro: Padre nuestro…

ORACIÓN

Oh Dios omnipotente y misericordioso, que has suscitado, bajo el patrocinio de la Madre de tu Hijo, una familia de religiosos imitadores de la caridad de Cristo hasta la entrega de sí mismos para liberar a los fieles cautivos; haz que guiados por María, inspiradora de esta obra, dediquemos nuestra vida a promover la verdadera libertad de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

O bien

Padre misericordioso, que enviaste al mundo a tu Hijo Jesucristo, Redentor nuestro, con la maternal cooperación de la Virgen María: concede a cuantos la invocamos con el título de la Merced, gozar la libertad de hijos, que Cristo Señor nos mereció con su sacrificio, y ofrecerla incansablemente a todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

SAN PEDRO NOLASCO, RUEGA POR NOSOTROS

 

FESTIVIDAD DE SAN PEDRO NOLASCO

RELIGIOSO, FUNDADOR DE LA ORDEN MERCEDARIA

I Vísperas

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Siguiendo tus huellas

haremos camino.

Alienta, Nolasco,

nuestro impulso santo hacia el compromiso.

Los hombres oprimen

por ley de egoísmo

y hoy igual que antaño

existen cautivos

El amor claudica,

la fe está en peligro.

Nosotros queremos

ser sal, luz, alivio.

Sacrificaremos

nuestro ser mezquino

para que libere

en nosotros Cristo. Amén.

Ant. 1 Dando un gran ejemplo de caridad, san Pedro consagró su vida al Señor para liberar a los cristianos  cautivos, aleluya.

Salmo 112 – ALABADO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR

Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.

Ant. 1 Dando un gran ejemplo de caridad, san Pedro consagró su vida al Señor para liberar a los cristianos  cautivos, aleluya.

Ant. 2 Visitaba a los que estaban en cautividad, y les daba consejos de salvación, aleluya.

Salmo 145 – FELICIDAD DE LOS QUE ESPERAN EN DIOS.

Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.

No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;

que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.

El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.

El Señor guarda a los peregrinos;
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.

El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.

Ant. 2 Visitaba a los que estaban en cautividad, y les daba consejos de salvación, aleluya.

Ant. 3 Movido a compasión por las angustias de los cautivos, oraba constantemente al Señor por su liberación, aleluya.

Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN – Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Ant. 3 Movido a compasión por las angustias de los cautivos, oraba constantemente al Señor por su liberación, aleluya.

LECTURA BREVE  1Jn 3, 14.16.18

Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida: lo sabemos porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte. En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos. Hijos míos, no amemos con palabras y solamente de boca, sino con obras y de verdad.

RESPONSORIO BREVE

V. Cristo dio su vida para la redención de muchos, aleluya, aleluya
R. Cristo dio su vida para la redención de muchos, aleluya, aleluya

V. A fin de salvarnos
R. Aleluya, aleluya

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo dio su vida para la redención de muchos, aleluya, aleluya

CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos, aleluya.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma, la grandeza del Señor…

 

PRECES
Alabemos a Cristo, Redentor del mundo, que por medio de Pedro Nolasco, redentor de cautivos, nos enseña que quiere ser amado y servido en los necesitados, digámosle:

Señor haznos sentir tu caridad.

Cristo, que te entregaste a la inmolación y a la muerte para salvarnos

            concédenos ejercitar una caridad redentora

            semejante a la tuya.

Señor, que descendiste a liberar a los justos que esperaban tu venida

            inspíranos la solicitud y la entrega en favor de

            los más necesitados.

Pastor eterno, que los superiores de la Orden guarden el rebaño a ellos confiado,

            hazlos fuertes en la fe y diligentes en la guía de

            las almas hacia ti.

Que los Institutos que forman la familia mercedaria se sientan confortados por tu ayuda,

            la figura de Pedro Nolasco, fiel imitador de tu

            caridad, sea estímulo a la actividad redentora.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Reunidos por ti bajo la protección de María, te recomendamos a los hermanos que partieron de entre nosotros a tu encuentro,

            condúcelos a participar de la plenitud de tu

            Reino.

Llenos de esperanza invoquemos juntos al Padre diciendo: Padre nuestro…

ORACIÓN

Oh Señor, que has revestido de la caridad de Cristo a nuestro Padre san Pedro Nolasco, y, por medio de la Virgen María, lo has hecho mensajero de amor y de libertad para los cristianos cautivos; concédenos imitar sus ejemplos para la liberación de todos los oprimidos, y la edificación de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Laudes

  1. Señor abre mis labios
  2. Y mi boca proclamará tus alabanzas

INVITATORIO

Venid, adoremos a Cristo, Redentor del mundo, aleluya.

HIMNO

De los cautivos redentor glorioso,

que de Jesús seguiste los caminos,

jubilosos tu fiesta celebramos

Pedro Nolasco.

Humilde siervo de la excelsa Reina,

mientras sumido en oración imploras,

ella un mensaje salvador te inspira:

“libra, redime”

Para Dios y por Dios, y por María,

todo lo das en redimir cautivos;

y, al ver en cruz la Caridad eterna,

te das tú mismo

Hoy, como ayer, el hombre es oprimido,

hoy, como ayer, está la fe en cadenas;

haz de nosotros nuevos redentores

en pos de Cristo.

¡Siempre bendito y alabado sea

el Padre con el Hijo que nos salva,

al Espíritu Santo honor y gloria;

Trinidad sacra! Amén.

Ant. 1 El Señor se adelantó a bendecirlo con el éxito, le hizo portador de libertad para el pobre que no tenía valedor, aleluya.

SALMO 62, 2-9 – EL ALMA SEDIENTA DE DIOS

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Ant. 1 El Señor se adelantó a bendecirlo con el éxito, le hizo portador de libertad para el pobre que no tenía valedor, aleluya.

Ant. 2 El Señor redime a sus siervos: le bendecirán y ensalzarán por los siglos, aleluya

Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR – Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

Ant. 2 El Señor redime a sus siervos: le bendecirán y ensalzarán por los siglos, aleluya

Ant. 3 Volverán los rescatados del Señor, vendrán a Sión con cánticos; siguiéndolos, gozo y alegría, aleluya.

Salmo 149 – ALEGRÍA DE LOS SANTOS

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Ant. 3 Volverán los rescatados del Señor, vendrán a Sión con cánticos; siguiéndolos, gozo y alegría, aleluya.

LECTURA BREVE   1Jn 3, 17-18

Si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios? Hijos míos, no amemos con palabras y solamente de boca, sino con obras y de verdad.

RESPONSORIO BREVE

V. Os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho, aleluya, aleluya
R.  Os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho, aleluya, aleluya

V. El Señor me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos, a dar libertad a los oprimidos
R. Aleluya, aleluya

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho, aleluya, aleluya

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. El Señor nos visitó por medio de su siervo Pedro, para que, libres del poder de nuestros enemigos, le sirvamos en santidad y justicia, aleluya.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

            Bendito sea el Señor, Dios de Israel…

PRECES
Como consagrados a Dios y llamados al seguimiento de Cristo, oremos confiadamente al Señor:

Santifícanos, Padre, presente entre nosotros.

Te damos gracias, Padre, y te bendecimos por medio de Cristo en el Espíritu Santo,

            te pedimos que todas nuestras palabras y obras

            sean dirigidas a tu santo servicio.

Tú que eres compasivo y misericordioso,

            conviértenos como a Pedro Nolasco en signo de

            tu caridad en medio de los hombres

Te pedimos por la Orden, por todos los Institutos mercedarios y por las vocaciones con que te dignas acrecentarlos,

            fomenta en sus miembros una grande fidelidad

            en la imitación de Cristo Redentor.

Haz que nos detengamos junto a los hermanos que por malicia o errores de otros hombres experimentan dificultad en permanecerte fieles

            y, como Nolasco, sostengamos su fe en ti, el más

           grande de tus dones.

Tú que nos has reunido bajo el nombre y la protección de María de la Merced,

            concédenos vivir la alegría de nuestra donación.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Con el deseo de que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue al mundo: Padre nuestro…

ORACIÓN

Oh Señor, que has revestido de la caridad de Cristo a nuestro Padre san Pedro Nolasco, y, por medio de la Virgen María, lo has hecho mensajero de amor y de libertad para los cristianos cautivos; concédenos imitar sus ejemplos para la liberación de todos los oprimidos, y la edificación de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

II Vísperas

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Por redimir al hombre

al bajo suelo descendió Jesús,

por redimir cautivos

a las mazmorras descendiste tú:

¡Salve, Orden redentora,

imitadora fiel del Redentor!

Redimir a los hombres fue su lema

y redimir cautivos tu blasón.

Con sangre de sus venas

a los mortales redimió Jesús;

con sangre de tus hijos

a los cautivos redimías tú:

¡Oh cuántos hijos tuyos

por redimir llegaron a morir!

¡Muerte feliz, trasunto de la muerte

del que, muriendo, quiso redimir!

María fue tu Madre,

ella tu ser y corazón formó;

ella excitó en tus hijos

esa ardorosa sed de redención:

cual fue corredentora,

unida siempre al que murió en la cruz,

corredentora te hizo, Orden celeste,

unida siempre con tu amor, Jesús.

Ant. 1 Pedro, padre de nuestra Orden, fue acepto a Dios al ofrecerse para la redención de los cautivos, aleluya.

Salmo 110 – GRANDES SON LAS OBRAS DEL SEÑOR

Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.

Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.

Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su poder,
dándoles la heredad de los gentiles.

Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.

Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.

Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.

Ant. 1 Pedro, padre de nuestra Orden, fue acepto a Dios al ofrecerse para la redención de los cautivos, aleluya.

Ant. 2 El Señor salvó a su pueblo, conmovido por los gemidos que prefería bajo el yugo de sus opresores, aleluya.

Salmo 125 – DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.

Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.

Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas

Ant. 2 El Señor salvó a su pueblo, conmovido por los gemidos que prefería bajo el yugo de sus opresores, aleluya.

Ant. 3 Anunciad con gritos de júbilo, proclamad hasta el extremo de la tierra: “ El Señor ha redimido a su pueblo”, aleluya.

2 Cor 1, 3-7. 9-11 – CÁNTICO.

¡Bendito sea Dios,

Padre de nuestro Señor Jesucristo,

Padre de misericordia y Dios del consuelo!

Él nos alienta en nuestras luchas,

hasta el punto de poder nosotros alentar

a los demás en cualquier lucha

repartiendo con ellos el ánimo

que nosotros recibimos de Dios

Si los sufrimientos de Cristo rebosan

sobre nosotros,

gracias a Cristo rebosa en proporción

nuestro ánimo.

Si nos toca luchar,

es para vuestro aliento y salvación;

si recibimos aliento,

es para comunicaros un aliento

con el que podáis aguantar

los mismos sufrimientos

que padecemos nosotros.

Nos dais firmes motivos de esperanza,

pues sabemos que si sois compañeros en el sufrir,

también lo sois en el buen ánimo.

Hemos tenido sobre nosotros

la sentencia de muerte,

para que no pongamos la confianza

en nosotros mismos,

sino en Dios que resucita a los muertos.

Él nos libró de tan mortal peligro,

y nos librará;

en él esperamos que nos seguirá librando;

contribuid también vosotros con la oración

en favor nuestro,

para que la gracia obtenida

por intervención de muchos

sea por muchos agradecida en nuestro nombre.

Ant. 3 Anunciad con gritos de júbilo, proclamad hasta el extremo de la tierra: “ El Señor ha redimido a su pueblo”, aleluya.

LECTURA BREVE  Gal 5, 13-14

Hermanos, habéis sido llamados a la libertad; sólo que no toméis de esa libertad pretexto para la carne. Antes al contrario, servíos por amor los unos a los otros. Pues toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”

RESPONSORIO BREVE

V. Venid, benditos de mi Padre, recibid en herencia el Reino, aleluya, aleluya.
R. Venid, benditos de mi Padre, recibid en herencia el Reino, aleluya, aleluya.

V. Estuve en la cárcel y vinisteis a visitarme.
R. Aleluya, aleluya

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Venid, benditos de mi Padre, recibid en herencia el Reino, aleluya, aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Hagamos el elogio del varón glorioso, nuestro padre, tratemos de imitar su ardiente caridad: escuchó a los afligidos, cautivos de miserias y cadenas; los salvó de sus perseguidores y los redimió del poder de sus enemigos, aleluya.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma, la grandeza del Señor…

PRECES

Glorifiquemos a Cristo Redentor, que nos ofrece en san Pedro Nolasco un modelo para vivir entre los hombres de hoy la caridad que libera, redime y santifica. Digámosle:

Haz de nosotros mensajeros de tu salvación.

Tú, Señor, que has visitado nuestro destierro y nos has liberado del pecado,

            concédenos proclamar ante los hombres tu

            redención.

Salvador del mundo, que te has identificado con los pobres y has hecho tuyo el dolor de los oprimidos

            haz que sepamos entrever tu presencia y que

            no sea vano nuestro paso junto a ellos.

Tú que inspiraste a Pedro Nolasco el servicio de la caridad al cautivo,

            enséñanos a continuar su obra entre los

            cautivos de hoy.

Hijo de María, a la que has hecho reflejo de tu misericordia y Madre nuestra,

            guíanos a amarla como hijos y a proclamarla

            instrumento de tu bondad.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Hijo del Padre, que nos santificas por el Espíritu en esta familia de María de la Merced y de Pedro Nolasco

            acoge a tu lado a los hermanos que, acabada

            su jornada, partieron de entre nosotros.

Con gozo, unidos a Jesús, digamos juntos: Padre nuestro…

ORACIÓN

Oh Señor, que has revestido de la caridad de Cristo a nuestro Padre san Pedro Nolasco, y, por medio de la Virgen María, lo has hecho mensajero de amor y de libertad para los cristianos cautivos; concédenos imitar sus ejemplos para la liberación de todos los oprimidos, y la edificación de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

6 DE NOVIEMBRE

TODOS

LOS SANTOS DE NUESTRA ORDEN

FIESTA

Laudes

INVOCACIÓN INICIAL

V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

Ant. Venid, adoremos al Señor, a quien glorifica la asamblea de los Santos.

HIMNO

Gózate, clara progenie,

que de Dios la Madre hermosa

llama a la cumbre gloriosa

de singular perfección.

Porque el hijo de María,

en aras de amor sublime,

se entrega por el que gime

en temerosa prisión.

No hay amor más excelente,

caridad más encendida,

que dar por otro la vida

a semejanza de Dios.

Cristo, victima divina,

precio que al hombre libera,

danos llevar por doquiera

la luz de tu redención;

Que en virtud de tu llamada

tuyos tan solo seamos

y, con María, vivamos

una esclavitud de amor. Amén.

Ant. 1 Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

SALMO 62, 2-9 – EL ALMA SEDIENTA DE DIOS

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Ant. 1 Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Ant. 2 Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justica, porque ellos quedarán saciados.

Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR – Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

Ant. 2 Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justica, porque ellos quedarán saciados.

Ant. 3 Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán “los hijos de Dios”. Dichosos los perseguidos por casusa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.

Salmo 149 – ALEGRÍA DE LOS SANTOS

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Ant. 3 Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán “los hijos de Dios”. Dichosos los perseguidos por casusa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.

LECTURA BREVE  Ef. 1, 17-18

El Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón  para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los Santos.

RESPONSORIO BREVE

V. Alegraos en el Señor, y gozad, justos.
R. Alegraos en el Señor, y gozad, justos.

V. Aclamadlo los de corazón sincero

  1. Y gozad.

    V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    R. Alegraos en el Señor, y gozad, justos.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. ¡A ti, ¡Señor, te alaba la multitud gozosa de los religiosos, el admirable coro de las vírgenes, el ejército esforzado de los mártires! Todos los Santos de nuestra Orden proclaman unánimes: Santa Trinidad, Único Dios!

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR   Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel…

 

PRECES

Alabemos al santo nombre de Dios, y glorifiquémosle diciendo:

Señor, solo tú eres santo.

Te bendecimos, Señor, que por medio de los Santos nos recuerdas tu santidad,

            que nuestra vida humilde y pura nos haga dignos de contemplarte eternamente.

Tú que estableciste nuestra familia religiosa en la Iglesia,

            santifícanos por los consejos evangélicos y el carisma de la caridad redentora.

Señor, que nos dejaste a María como maestra de la escuela de santidad que es la vida religiosa,

            ella, que intercede por nosotros, presida nuestra plegaria fraterna para glorificarte.

Padre misericordioso, que eres admirable en tus Santos,

            haz que, como ellos, recibamos de la Palabra y de los sacramentos la fortaleza

            para serte fieles.

Recordamos ante ti a todos los religiosos que nos han precedido, y gozan con Cristo y María en el cielo,

            concédenos valorar nuestros sufrimientos y trabajos a la luz de tus promesas.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Concluyamos nuestras suplicas con la misma oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro…

ORACIÓN

Oh Dios, fuente del amor, que has hecho resplandecer la imagen de tu misericordia en los Santos de la Orden, que se dedicaron al servicio del prójimo bajo el patrocinio de nuestra Santísima Madre; concédenos modelar nuestra vida conforme a la suya e infúndenos la caridad que admiramos en ellos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

II Vísperas

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Por redimir al hombre

al bajo suelo descendió Jesús,

por redimir cautivos

a las mazmorras descendiste tú:

¡Salve, Orden redentora,

imitadora fiel del Redentor!

Redimir a los hombres fue su lema

y redimir cautivos tu blasón.

Con sangre de sus venas

a los mortales redimió Jesús;

con sangre de tus hijos

a los cautivos redimías tú:

¡Oh cuántos hijos tuyos

por redimir llegaron a morir!

¡Muerte feliz, trasunto de la muerte

del que, muriendo, quiso redimir!

María fue tu Madre,

ella tu ser y corazón formó;

ella excitó en tus hijos

esa ardorosa sed de redención:

cual fue corredentora,

unida siempre al que murió en la cruz,

corredentora te hizo, Orden celeste,

unida siempre con tu amor, Jesús.

Ant. 1 Los Santos guardaron con paciencia los preceptos de Dios y la fe de Jesús.

Salmo 109, 1-5. 7 – EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.

Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»

Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»

El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.

En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.

Ant. 1 Los Santos guardaron con paciencia los preceptos de Dios y la fe de Jesús.

Ant. 2 Preciosa es a los ojos del Señor la muerte de sus Santos.

Salmo 115 – ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.

Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.

Vale mucho a los ojos del Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.

Ant. 2 Preciosa es a los ojos del Señor la muerte de sus Santos.

Ant. 3 Alabad a nuestro Dios todos sus siervos y cuantos le teméis, pequeños y grandes.

Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap. 4, 11; 5, 9-10. 12

Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.

Ant. 3 Alabad a nuestro Dios todos sus siervos y cuantos le teméis, pequeños y grandes.

LECTURA BREVE  2 Co 6, 16; 7,1

Nosotros somos templo de Dios vivo, como dijo Dios: «Habitaré en medio de ellos y andaré entre ellos; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.» Estas promesas tenemos queridos hermanos; por eso, limpiemos toda suciedad de cuerpo o de espíritu, para ir completando nuestra consagración con fidelidad a Dios.

RESPONSORIO BREVE

V. Tú nos has redimido, Señor, con el precio de tu sangre.
R. Tú nos has redimido, Señor, con el precio de tu sangre

V. De entre todas las razas, lenguas, pueblos y naciones.
R. Con el precio de tu sangre.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Tú nos has redimido, Señor, con el precio de tu sangre

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Oh Señor, esperanza de los Santos y alcázar de salvación, has dado la herencia a los que temen tu nombre; habitarán por siempre en tu morada, aleluya.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma, la grandeza del Señor…

PRECES

Acudamos alegres a nuestro Dios, corona de todos los Santos, y digámosle:

Que tus siervos te alaben y bendigan.

Tú que manifiestas en los Santos tu rostro y tu Palabra

            otorga a tus fieles, sentirse más cerca de ti por

            su imitación.

Bendito seas, Señor, por haber suscitado a los Santos para iluminar a tu Iglesia

            renueva en esta hora los prodigios de tu gracia,

            para gloria de tu nombre

Dios Padre, que hiciste a María la criatura más santa de cielo y tierra,

            su vida sea para todos nosotros el programa de

            santificación.

Que nuestros religiosos y hermanas que has premiado con la corona inmortal

            nos estimulen a vivir según el Evangelio y ser

           testigos de tu caridad.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Concede a los difuntos vivir en compañía de María, Reina de todos los Santos

            y a nosotros, bendecirte con ellos desde ahora

            y por siempre.

Porque Jesús ha resucitado, todos somos hijos de Dios, por ello nos atrevemos a decir: Padre nuestro…

ORACIÓN

Oh Dios, fuente del amor, que has hecho resplandecer la imagen de tu misericordia en los Santos de la Orden, que se dedicaron al servicio del prójimo bajo el patrocinio de nuestra Santísima Madre; concédenos modelar nuestra vida conforme a la suya e infúndenos la caridad que admiramos en ellos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

https://www.congregacionhermanasmercedariasdelsantisimosacramento.org.mx/2021/08/26/liturgia-24-de-septiembre/

https://www.congregacionhermanasmercedariasdelsantisimosacramento.org.mx/2021/08/26/liturgia-san-pedro-nolasco/

https://www.congregacionhermanasmercedariasdelsantisimosacramento.org.mx/2021/08/26/liturgia-todos-los-santos-de-la-orden/

Evangelizar con María a la Luz de la Eucaristía

LITURGIA DE LAS HORAS PROPIA DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DE LA MERCED

24 DE SEPTIEMBRE

SOLEMNIDAD DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DE LA MERCED

I Vísperas

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Celebra ¡oh prole escogida!

a tu Madre bondadosa,

por quien libraste amorosa

al mundo de esclavitud.

Ella acudió desde el cielo

a la voz de tus clamores,

a mitigar los dolores

con tierna solicitud.

Bendita seáis ¡Oh Madre!

de cautivos Redentora

que desatáis bienhechora

los hierros del pecador.

Y a vos ¡Trinidad excelsa!

os damos gloria, alabanza;

que por vos el hombre alcanza

de sus culpas redención. Amén

Ant. 1 Alaben el nombre del Señor los redimidos del Señor, los que él liberó del poder de los opresores.

Salmo 112 – ALABADO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR

Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.

Ant. 1 Alaben el nombre del Señor los redimidos del Señor, los que él liberó del poder de los opresores.

Ant. 2 No hizo cosa igual con ninguna otra nación: el Señor redimió a los que confiaban en él.

Salmo 147- ACCIÓN DE GRACIAS POR LA RESTAURACIÓN DE ISRAEL

Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de tí;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.

El envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;

Hace caer como el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.

Ant. 2 No hizo cosa igual con ninguna otra nación: el Señor redimió a los que confiaban en él.

Ant. 3 Bendecimos a María, la llena de gracia: por ella hemos participado del fruto de la vida.

Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN – Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Ant. 3 Bendecimos a María, la llena de gracia: por ella hemos participado del fruto de la vida.

LECTURA BREVE  Gal 4, 4-5

Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.

RESPONSORIO BREVE

V. Tu Concepción Inmaculada, Virgen Madre de Dios, anunció la alegría a todo el mundo.
R. Tu Concepción Inmaculada, Virgen Madre de Dios, anunció la alegría a todo el mundo.

V. Pues de ti nació Cristo, que, borrando la maldición, nos trajo la bendición.
R. Anunció la alegría a todo el mundo

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Tu Concepción Inmaculada, Virgen Madre de Dios, anunció la alegría a todo el mundo.

 

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Alabad al Señor nuestro Dios, que no desamparó a los que esperaban en él; y cumplió en María la misericordia que había prometido a la casa de Israel, aleluya.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma, la grandeza del Señor…

PRECES

Proclamemos la bondad y misericordia de Dios, que eligió a la Virgen María para Madre del Verbo encarnado, e invoquémosle diciendo:

La Madre de Cristo interceda por nosotros.

Señor, tú que desde la caída del hombre nos prometiste la salvación en Cristo

            haz que vivamos unidos a nuestro Salvador y

            seamos portadores de redención.

Tú que nos muestras por medio de María cómo nos salvas,

            enséñanos a facilitar a los demás el camino de

            la salvación.

Te pedimos por los pastores y superiores a los que has confiado nuestras comunidades

            hazlos fuertes en la fe y diligentes en el servicio

            de sus hermanos.

Traemos a tu presencia los sufrimientos de los cautivos y de los que padecen por la fe,

            dales tu ayuda para que sepan valorar el

            sentido del dolor.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

A los que han completado en su carne la pasión de Cristo, oprimidos y privados de libertad, y a cuantos has llamado a ti

            concédeles, Señor, la alegría de la vida

            inmortal.

Llenos de fe invoquemos juntos al Padre común, repitiendo la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro….

ORACIÓN

Oh Dios omnipotente y misericordioso, que has suscitado, bajo el patrocinio de la Madre de tu Hijo, una familia de religiosos imitadores de la caridad de Cristo hasta la entrega de sí mismos para liberar a los fieles cautivos; haz que guiados por María, inspiradora de esta obra, dediquemos nuestra vida a promover la verdadera libertad de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

O bien

Padre misericordioso, que enviaste al mundo a tu Hijo Jesucristo, Redentor nuestro, con la maternal cooperación de la Virgen María: concede a cuantos la invocamos con el título de la Merced, gozar la libertad de hijos, que Cristo Señor nos mereció con su sacrificio, y ofrecerla incansablemente a todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Laudes

  1. Señor abre mis labios
  2. Y mi boca proclamará tus alabanzas

INVITATORIO

Ant. Celebremos la solemnidad de santa María Virgen: adoremos a su Hijo, Cristo Redentor.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

¡Oh Virgen excelsa, sagrada, María,

más clara que el día,

más pura que el sol!

Amantes esclavos cantamos tus glorias,

que son las victorias

de la Redención.

En la noche venturosa,

más que el día, que radiosa

descendiste de los cielos como dulce despertar,

gozó el mundo los fulgores

de caminos redentores,

y del blanco escapulario hizo emblema de la paz.

Rendid, ¡oh naciones! las frentes orladas;

las glorias pasadas

rendid a sus pies:

Es ella bandera que al cielo nos guía.

¡Cantad a María, Reina de la Merced!

Amén.

Ant. 1 Celebremos con gozo la solemnidad de Santa María, para que interceda por nosotros ante nuestro Señor Jesucristo.

SALMO 62, 2-9 – EL ALMA SEDIENTA DE DIOS

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Ant. 1 Celebremos con gozo la solemnidad de Santa María, para que interceda por nosotros ante nuestro Señor Jesucristo.

Ant. 2 Ensalcemos a nuestra Madre, para quien brillan las estrellas del alba, más bella que el sol, más pura que la luz.

Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR – Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

Ant. 2 Ensalcemos a nuestra Madre, para quien brillan las estrellas del alba, más bella que el sol, más pura que la luz.

Ant. 3 Cantemos al Seño, porque en María ha manifestado su amor a su pueblo.

Salmo 149 – ALEGRÍA DE LOS SANTOS

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Ant. 3 Cantemos al Seño, porque en María ha manifestado su amor a su pueblo.

LECTURA BREVE  Is. 61, 10

Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como a una novia que se adorna con sus joyas.

RESPONSORIO BREVE

V. Atiende desde el cielo, mira y vista tu viña.
R. Atiende desde el cielo, mira y vista tu viña.

V. Y protégela, pues la ha plantado tu diestra
R. Mira y vista tu viña.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Atiende desde el cielo, mira y vista tu viña.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. ¡Oh Virgen de vírgenes: ¡tú fuente de piedad, compadecida de los dolores humanos, viniste a nuestro encuentro para liberar a los que yacían en tinieblas y sombras de muerte, y romper sus cadenas, aleluya!

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR  Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel…

 

PRECES

Bendigamos a Cristo, cuya Madre, María, creyendo y obedeciendo a la Palabra, lo engendró y lo ofreció al mundo como Salvador, y digámosle:

Jesús, Hijo de María, escúchanos.

Cristo Redentor, que viniste a liberar a los hombres de la servidumbre del pecado,

            concede a todos los hombres la verdadera

            libertad.

Oh Dios de bondad, que realizaste prodigios por la oración de María, tu Madre,

            ejercita por medio de ella tu misericordia en

            favor de cuantos se debaten en tentaciones y

            peligros.

Tú que viniste a evangelizar a los pobres, a proclamar la libertad a los cautivos y a predicar un tiempo de gracia,

            concede a tu Iglesia, anunciar el Reino con

            valentía.

Maestro divino, que propones a tus predilectos el programa de las bienaventuranzas,

            haz, que respondamos generosamente, como

            María, guardando tu Palabra en nuestro

            corazón.

Víctima de la más grande caridad, que nos diste a María por Madre en el momento de tu sacrificio redentor,

            enséñanos por ella a servir a los hermanos que

           sufren por la fe o corren el riesgo de perderla.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Con el deseo de que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su Reino llegue al mundo: Padre nuestro….

ORACIÓN

Oh Dios omnipotente y misericordioso, que has suscitado, bajo el patrocinio de la Madre de tu Hijo, una familia de religiosos imitadores de la caridad de Cristo hasta la entrega de sí mismos para liberar a los fieles cautivos; haz que guiados por María, inspiradora de esta obra, dediquemos nuestra vida a promover la verdadera libertad de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

O bien

Padre misericordioso, que enviaste al mundo a tu Hijo Jesucristo, Redentor nuestro, con la maternal cooperación de la Virgen María: concede a cuantos la invocamos con el título de la Merced, gozar la libertad de hijos, que Cristo Señor nos mereció con su sacrificio, y ofrecerla incansablemente a todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

II Vísperas

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Madre nuestra de Mercedes,

fundadora celestial,

tended a estos vuestros hijos

vuestro manto maternal.

De los cielos descendisteis

por mostrarnos vuestro amor,

y en memoria nos vestisteis

librea de albo color.

Pues que así manifestasteis

vuestro afecto sin igual,

tended a estos vuestros hijos

vuestro manto maternal.

Tiene la Orden mercedaria

una promesa de vos:

que hasta el fin de aqueste mundo

tendrá vuestra protección;

pues que somos hijos de ella,

Madre nuestra celestial,

tended a estos vuestros hijos

vuestro manto maternal.

Madre nuestra de Mercedes,

fundadora celestial,

tended a estos vuestros

hijos vuestro manto maternal. Amén.

Ant. 1 Dios todopoderoso nos libre de toda cautividad, y, por María, tenga misericordia de nosotros.

Salmo 125 – DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.

Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.

Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas

Ant. 1 Dios todopoderoso nos libre de toda cautividad, y, por María, tenga misericordia de nosotros.

Ant. 2 El Señor se muestre propicio a su heredad, que ha redimido con su gran poder.

Salmo 126 – EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.

Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.

Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.

Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.

Ant. 2 El Señor se muestre propicio a su heredad, que ha redimido con su gran poder.

Ant. 3 Alabemos el nombre del Señor, que por la Virgen María nos ha tratado con bondad.

Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN – Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Ant. 3 Alabemos el nombre del Señor, que por la Virgen María nos ha tratado con bondad.

LECTURA BREVE  Cant. 8, 7.

Las aguas torrenciales no podrán apagar el amor, ni anegarlo los ríos. Si alguien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haría despreciable

RESPONSORIO BREVE

V. Todo es hermoso en ti, Virgen María, ni siquiera tienes la mancha del pecado original.
R. Todo es hermoso en ti, Virgen María, ni siquiera tienes la mancha del pecado original.

V. Madre clementísima, intercede por nosotros ante el Señor.
R. Ni siquiera tienes la mancha del pecado original. 

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Todo es hermoso en ti, Virgen María, ni siquiera tienes la mancha del pecado original.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Salve, Madre de misericordia, consoladora de afligidos, redentora de cautivos. Tú eres la gloria de Jerusalén, tú la alegría de Israel, tú el orgullo de nuestra raza.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma, la grandeza del Señor…

PRECES

Invoquemos al Señor, Dios todopoderoso, que en María, Madre de la Orden, nos ha mostrado predilección y misericordia, y digámosle:

Mira a la Madre de tu Hijo, y escúchanos.

Padre bondadoso, que has preservado a María de toda mancha de pecado

            haz que tus hijos, muertos al pecado, vivan en

            santidad la vocación a la que fueron llamados.

Señor, que has constituido a María Madre de la gracia, dándonos por medio de ella a tu único Hijo

            concede a los miembros de la Iglesia, ser

            testigos de tu caridad.

Dueño de la mies, aumenta y santifica esta familia de María,

            que nuestras vidas, entregadas a la oración y al

            apostolado, sean ofrenda grata en tu presencia.

Señor, que has dado fortaleza a María para permanecer junto a la cruz de Cristo,

            ayuda a nuestros hermanos y hermanas

            enfermos, para que sepan ofrecerte la

            riqueza de sus sufrimientos.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Eterno Padre, por intercesión de María, unida a su Hijo en el misterio pascual de muerte y resurrección

           concede a nuestros hermanos difuntos el   

           premio de sus trabajos, para que alaben tu

           nombre por siempre.

Concluyamos nuestra oración diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro Maestro: Padre nuestro…

ORACIÓN

Oh Dios omnipotente y misericordioso, que has suscitado, bajo el patrocinio de la Madre de tu Hijo, una familia de religiosos imitadores de la caridad de Cristo hasta la entrega de sí mismos para liberar a los fieles cautivos; haz que guiados por María, inspiradora de esta obra, dediquemos nuestra vida a promover la verdadera libertad de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

O bien

Padre misericordioso, que enviaste al mundo a tu Hijo Jesucristo, Redentor nuestro, con la maternal cooperación de la Virgen María: concede a cuantos la invocamos con el título de la Merced, gozar la libertad de hijos, que Cristo Señor nos mereció con su sacrificio, y ofrecerla incansablemente a todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

SAN PEDRO NOLASCO, RUEGA POR NOSOTROS

 

FESTIVIDAD DE SAN PEDRO NOLASCO

RELIGIOSO, FUNDADOR DE LA ORDEN MERCEDARIA

I Vísperas

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Siguiendo tus huellas

haremos camino.

Alienta, Nolasco,

nuestro impulso santo hacia el compromiso.

Los hombres oprimen

por ley de egoísmo

y hoy igual que antaño

existen cautivos

El amor claudica,

la fe está en peligro.

Nosotros queremos

ser sal, luz, alivio.

Sacrificaremos

nuestro ser mezquino

para que libere

en nosotros Cristo. Amén.

Ant. 1 Dando un gran ejemplo de caridad, san Pedro consagró su vida al Señor para liberar a los cristianos  cautivos, aleluya.

Salmo 112 – ALABADO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR

Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.

Ant. 1 Dando un gran ejemplo de caridad, san Pedro consagró su vida al Señor para liberar a los cristianos  cautivos, aleluya.

Ant. 2 Visitaba a los que estaban en cautividad, y les daba consejos de salvación, aleluya.

Salmo 145 – FELICIDAD DE LOS QUE ESPERAN EN DIOS.

Alaba, alma mía, al Señor:
alabaré al Señor mientras viva,
tañeré para mi Dios mientras exista.

No confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan el espíritu y vuelven al polvo,
ese día perecen sus planes.

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él;

que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.

El Señor liberta a los cautivos,
el Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.

El Señor guarda a los peregrinos;
sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.

El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad.

Ant. 2 Visitaba a los que estaban en cautividad, y les daba consejos de salvación, aleluya.

Ant. 3 Movido a compasión por las angustias de los cautivos, oraba constantemente al Señor por su liberación, aleluya.

Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN – Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Ant. 3 Movido a compasión por las angustias de los cautivos, oraba constantemente al Señor por su liberación, aleluya.

LECTURA BREVE  1Jn 3, 14.16.18

Nosotros hemos pasado de la muerte a la vida: lo sabemos porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte. En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos. Hijos míos, no amemos con palabras y solamente de boca, sino con obras y de verdad.

RESPONSORIO BREVE

V. Cristo dio su vida para la redención de muchos, aleluya, aleluya
R. Cristo dio su vida para la redención de muchos, aleluya, aleluya

V. A fin de salvarnos
R. Aleluya, aleluya

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo dio su vida para la redención de muchos, aleluya, aleluya

CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos, aleluya.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma, la grandeza del Señor…

 

PRECES
Alabemos a Cristo, Redentor del mundo, que por medio de Pedro Nolasco, redentor de cautivos, nos enseña que quiere ser amado y servido en los necesitados, digámosle:

Señor haznos sentir tu caridad.

Cristo, que te entregaste a la inmolación y a la muerte para salvarnos

            concédenos ejercitar una caridad redentora

            semejante a la tuya.

Señor, que descendiste a liberar a los justos que esperaban tu venida

            inspíranos la solicitud y la entrega en favor de

            los más necesitados.

Pastor eterno, que los superiores de la Orden guarden el rebaño a ellos confiado,

            hazlos fuertes en la fe y diligentes en la guía de

            las almas hacia ti.

Que los Institutos que forman la familia mercedaria se sientan confortados por tu ayuda,

            la figura de Pedro Nolasco, fiel imitador de tu

            caridad, sea estímulo a la actividad redentora.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Reunidos por ti bajo la protección de María, te recomendamos a los hermanos que partieron de entre nosotros a tu encuentro,

            condúcelos a participar de la plenitud de tu

            Reino.

Llenos de esperanza invoquemos juntos al Padre diciendo: Padre nuestro…

ORACIÓN

Oh Señor, que has revestido de la caridad de Cristo a nuestro Padre san Pedro Nolasco, y, por medio de la Virgen María, lo has hecho mensajero de amor y de libertad para los cristianos cautivos; concédenos imitar sus ejemplos para la liberación de todos los oprimidos, y la edificación de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Laudes

  1. Señor abre mis labios
  2. Y mi boca proclamará tus alabanzas

INVITATORIO

Venid, adoremos a Cristo, Redentor del mundo, aleluya.

HIMNO

De los cautivos redentor glorioso,

que de Jesús seguiste los caminos,

jubilosos tu fiesta celebramos

Pedro Nolasco.

Humilde siervo de la excelsa Reina,

mientras sumido en oración imploras,

ella un mensaje salvador te inspira:

“libra, redime”

Para Dios y por Dios, y por María,

todo lo das en redimir cautivos;

y, al ver en cruz la Caridad eterna,

te das tú mismo

Hoy, como ayer, el hombre es oprimido,

hoy, como ayer, está la fe en cadenas;

haz de nosotros nuevos redentores

en pos de Cristo.

¡Siempre bendito y alabado sea

el Padre con el Hijo que nos salva,

al Espíritu Santo honor y gloria;

Trinidad sacra! Amén.

Ant. 1 El Señor se adelantó a bendecirlo con el éxito, le hizo portador de libertad para el pobre que no tenía valedor, aleluya.

SALMO 62, 2-9 – EL ALMA SEDIENTA DE DIOS

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Ant. 1 El Señor se adelantó a bendecirlo con el éxito, le hizo portador de libertad para el pobre que no tenía valedor, aleluya.

Ant. 2 El Señor redime a sus siervos: le bendecirán y ensalzarán por los siglos, aleluya

Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR – Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

Ant. 2 El Señor redime a sus siervos: le bendecirán y ensalzarán por los siglos, aleluya

Ant. 3 Volverán los rescatados del Señor, vendrán a Sión con cánticos; siguiéndolos, gozo y alegría, aleluya.

Salmo 149 – ALEGRÍA DE LOS SANTOS

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Ant. 3 Volverán los rescatados del Señor, vendrán a Sión con cánticos; siguiéndolos, gozo y alegría, aleluya.

LECTURA BREVE   1Jn 3, 17-18

Si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios? Hijos míos, no amemos con palabras y solamente de boca, sino con obras y de verdad.

RESPONSORIO BREVE

V. Os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho, aleluya, aleluya
R.  Os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho, aleluya, aleluya

V. El Señor me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos, a dar libertad a los oprimidos
R. Aleluya, aleluya

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho, aleluya, aleluya

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. El Señor nos visitó por medio de su siervo Pedro, para que, libres del poder de nuestros enemigos, le sirvamos en santidad y justicia, aleluya.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

            Bendito sea el Señor, Dios de Israel…

PRECES
Como consagrados a Dios y llamados al seguimiento de Cristo, oremos confiadamente al Señor:

Santifícanos, Padre, presente entre nosotros.

Te damos gracias, Padre, y te bendecimos por medio de Cristo en el Espíritu Santo,

            te pedimos que todas nuestras palabras y obras

            sean dirigidas a tu santo servicio.

Tú que eres compasivo y misericordioso,

            conviértenos como a Pedro Nolasco en signo de

            tu caridad en medio de los hombres

Te pedimos por la Orden, por todos los Institutos mercedarios y por las vocaciones con que te dignas acrecentarlos,

            fomenta en sus miembros una grande fidelidad

            en la imitación de Cristo Redentor.

Haz que nos detengamos junto a los hermanos que por malicia o errores de otros hombres experimentan dificultad en permanecerte fieles

            y, como Nolasco, sostengamos su fe en ti, el más

           grande de tus dones.

Tú que nos has reunido bajo el nombre y la protección de María de la Merced,

            concédenos vivir la alegría de nuestra donación.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Con el deseo de que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue al mundo: Padre nuestro…

ORACIÓN

Oh Señor, que has revestido de la caridad de Cristo a nuestro Padre san Pedro Nolasco, y, por medio de la Virgen María, lo has hecho mensajero de amor y de libertad para los cristianos cautivos; concédenos imitar sus ejemplos para la liberación de todos los oprimidos, y la edificación de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

II Vísperas

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Por redimir al hombre

al bajo suelo descendió Jesús,

por redimir cautivos

a las mazmorras descendiste tú:

¡Salve, Orden redentora,

imitadora fiel del Redentor!

Redimir a los hombres fue su lema

y redimir cautivos tu blasón.

Con sangre de sus venas

a los mortales redimió Jesús;

con sangre de tus hijos

a los cautivos redimías tú:

¡Oh cuántos hijos tuyos

por redimir llegaron a morir!

¡Muerte feliz, trasunto de la muerte

del que, muriendo, quiso redimir!

María fue tu Madre,

ella tu ser y corazón formó;

ella excitó en tus hijos

esa ardorosa sed de redención:

cual fue corredentora,

unida siempre al que murió en la cruz,

corredentora te hizo, Orden celeste,

unida siempre con tu amor, Jesús.

Ant. 1 Pedro, padre de nuestra Orden, fue acepto a Dios al ofrecerse para la redención de los cautivos, aleluya.

Salmo 110 – GRANDES SON LAS OBRAS DEL SEÑOR

Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.

Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.

Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su poder,
dándoles la heredad de los gentiles.

Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.

Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.

Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.

Ant. 1 Pedro, padre de nuestra Orden, fue acepto a Dios al ofrecerse para la redención de los cautivos, aleluya.

Ant. 2 El Señor salvó a su pueblo, conmovido por los gemidos que prefería bajo el yugo de sus opresores, aleluya.

Salmo 125 – DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.

Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.

Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.

Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas

Ant. 2 El Señor salvó a su pueblo, conmovido por los gemidos que prefería bajo el yugo de sus opresores, aleluya.

Ant. 3 Anunciad con gritos de júbilo, proclamad hasta el extremo de la tierra: “ El Señor ha redimido a su pueblo”, aleluya.

2 Cor 1, 3-7. 9-11 – CÁNTICO.

¡Bendito sea Dios,

Padre de nuestro Señor Jesucristo,

Padre de misericordia y Dios del consuelo!

Él nos alienta en nuestras luchas,

hasta el punto de poder nosotros alentar

a los demás en cualquier lucha

repartiendo con ellos el ánimo

que nosotros recibimos de Dios

Si los sufrimientos de Cristo rebosan

sobre nosotros,

gracias a Cristo rebosa en proporción

nuestro ánimo.

Si nos toca luchar,

es para vuestro aliento y salvación;

si recibimos aliento,

es para comunicaros un aliento

con el que podáis aguantar

los mismos sufrimientos

que padecemos nosotros.

Nos dais firmes motivos de esperanza,

pues sabemos que si sois compañeros en el sufrir,

también lo sois en el buen ánimo.

Hemos tenido sobre nosotros

la sentencia de muerte,

para que no pongamos la confianza

en nosotros mismos,

sino en Dios que resucita a los muertos.

Él nos libró de tan mortal peligro,

y nos librará;

en él esperamos que nos seguirá librando;

contribuid también vosotros con la oración

en favor nuestro,

para que la gracia obtenida

por intervención de muchos

sea por muchos agradecida en nuestro nombre.

Ant. 3 Anunciad con gritos de júbilo, proclamad hasta el extremo de la tierra: “ El Señor ha redimido a su pueblo”, aleluya.

LECTURA BREVE  Gal 5, 13-14

Hermanos, habéis sido llamados a la libertad; sólo que no toméis de esa libertad pretexto para la carne. Antes al contrario, servíos por amor los unos a los otros. Pues toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”

RESPONSORIO BREVE

V. Venid, benditos de mi Padre, recibid en herencia el Reino, aleluya, aleluya.
R. Venid, benditos de mi Padre, recibid en herencia el Reino, aleluya, aleluya.

V. Estuve en la cárcel y vinisteis a visitarme.
R. Aleluya, aleluya

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Venid, benditos de mi Padre, recibid en herencia el Reino, aleluya, aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Hagamos el elogio del varón glorioso, nuestro padre, tratemos de imitar su ardiente caridad: escuchó a los afligidos, cautivos de miserias y cadenas; los salvó de sus perseguidores y los redimió del poder de sus enemigos, aleluya.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma, la grandeza del Señor…

PRECES

Glorifiquemos a Cristo Redentor, que nos ofrece en san Pedro Nolasco un modelo para vivir entre los hombres de hoy la caridad que libera, redime y santifica. Digámosle:

Haz de nosotros mensajeros de tu salvación.

Tú, Señor, que has visitado nuestro destierro y nos has liberado del pecado,

            concédenos proclamar ante los hombres tu

            redención.

Salvador del mundo, que te has identificado con los pobres y has hecho tuyo el dolor de los oprimidos

            haz que sepamos entrever tu presencia y que

            no sea vano nuestro paso junto a ellos.

Tú que inspiraste a Pedro Nolasco el servicio de la caridad al cautivo,

            enséñanos a continuar su obra entre los

            cautivos de hoy.

Hijo de María, a la que has hecho reflejo de tu misericordia y Madre nuestra,

            guíanos a amarla como hijos y a proclamarla

            instrumento de tu bondad.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Hijo del Padre, que nos santificas por el Espíritu en esta familia de María de la Merced y de Pedro Nolasco

            acoge a tu lado a los hermanos que, acabada

            su jornada, partieron de entre nosotros.

Con gozo, unidos a Jesús, digamos juntos: Padre nuestro…

ORACIÓN

Oh Señor, que has revestido de la caridad de Cristo a nuestro Padre san Pedro Nolasco, y, por medio de la Virgen María, lo has hecho mensajero de amor y de libertad para los cristianos cautivos; concédenos imitar sus ejemplos para la liberación de todos los oprimidos, y la edificación de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

6 DE NOVIEMBRE

TODOS

LOS SANTOS DE NUESTRA ORDEN

FIESTA

Laudes

INVOCACIÓN INICIAL

V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.

Ant. Venid, adoremos al Señor, a quien glorifica la asamblea de los Santos.

HIMNO

Gózate, clara progenie,

que de Dios la Madre hermosa

llama a la cumbre gloriosa

de singular perfección.

Porque el hijo de María,

en aras de amor sublime,

se entrega por el que gime

en temerosa prisión.

No hay amor más excelente,

caridad más encendida,

que dar por otro la vida

a semejanza de Dios.

Cristo, victima divina,

precio que al hombre libera,

danos llevar por doquiera

la luz de tu redención;

Que en virtud de tu llamada

tuyos tan solo seamos

y, con María, vivamos

una esclavitud de amor. Amén.

Ant. 1 Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

SALMO 62, 2-9 – EL ALMA SEDIENTA DE DIOS

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Ant. 1 Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Ant. 2 Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justica, porque ellos quedarán saciados.

Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR – Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

Ant. 2 Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justica, porque ellos quedarán saciados.

Ant. 3 Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán “los hijos de Dios”. Dichosos los perseguidos por casusa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.

Salmo 149 – ALEGRÍA DE LOS SANTOS

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Ant. 3 Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán “los hijos de Dios”. Dichosos los perseguidos por casusa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.

LECTURA BREVE  Ef. 1, 17-18

El Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón  para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los Santos.

RESPONSORIO BREVE

V. Alegraos en el Señor, y gozad, justos.
R. Alegraos en el Señor, y gozad, justos.

V. Aclamadlo los de corazón sincero

  1. Y gozad.

    V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
    R. Alegraos en el Señor, y gozad, justos.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. ¡A ti, ¡Señor, te alaba la multitud gozosa de los religiosos, el admirable coro de las vírgenes, el ejército esforzado de los mártires! Todos los Santos de nuestra Orden proclaman unánimes: Santa Trinidad, Único Dios!

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR   Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel…

 

PRECES

Alabemos al santo nombre de Dios, y glorifiquémosle diciendo:

Señor, solo tú eres santo.

Te bendecimos, Señor, que por medio de los Santos nos recuerdas tu santidad,

            que nuestra vida humilde y pura nos haga dignos de contemplarte eternamente.

Tú que estableciste nuestra familia religiosa en la Iglesia,

            santifícanos por los consejos evangélicos y el carisma de la caridad redentora.

Señor, que nos dejaste a María como maestra de la escuela de santidad que es la vida religiosa,

            ella, que intercede por nosotros, presida nuestra plegaria fraterna para glorificarte.

Padre misericordioso, que eres admirable en tus Santos,

            haz que, como ellos, recibamos de la Palabra y de los sacramentos la fortaleza

            para serte fieles.

Recordamos ante ti a todos los religiosos que nos han precedido, y gozan con Cristo y María en el cielo,

            concédenos valorar nuestros sufrimientos y trabajos a la luz de tus promesas.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Concluyamos nuestras suplicas con la misma oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro…

ORACIÓN

Oh Dios, fuente del amor, que has hecho resplandecer la imagen de tu misericordia en los Santos de la Orden, que se dedicaron al servicio del prójimo bajo el patrocinio de nuestra Santísima Madre; concédenos modelar nuestra vida conforme a la suya e infúndenos la caridad que admiramos en ellos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

II Vísperas

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

HIMNO

Por redimir al hombre

al bajo suelo descendió Jesús,

por redimir cautivos

a las mazmorras descendiste tú:

¡Salve, Orden redentora,

imitadora fiel del Redentor!

Redimir a los hombres fue su lema

y redimir cautivos tu blasón.

Con sangre de sus venas

a los mortales redimió Jesús;

con sangre de tus hijos

a los cautivos redimías tú:

¡Oh cuántos hijos tuyos

por redimir llegaron a morir!

¡Muerte feliz, trasunto de la muerte

del que, muriendo, quiso redimir!

María fue tu Madre,

ella tu ser y corazón formó;

ella excitó en tus hijos

esa ardorosa sed de redención:

cual fue corredentora,

unida siempre al que murió en la cruz,

corredentora te hizo, Orden celeste,

unida siempre con tu amor, Jesús.

Ant. 1 Los Santos guardaron con paciencia los preceptos de Dios y la fe de Jesús.

Salmo 109, 1-5. 7 – EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.

Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»

Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»

El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.

En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.

Ant. 1 Los Santos guardaron con paciencia los preceptos de Dios y la fe de Jesús.

Ant. 2 Preciosa es a los ojos del Señor la muerte de sus Santos.

Salmo 115 – ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.

Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.

Vale mucho a los ojos del Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.

Ant. 2 Preciosa es a los ojos del Señor la muerte de sus Santos.

Ant. 3 Alabad a nuestro Dios todos sus siervos y cuantos le teméis, pequeños y grandes.

Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap. 4, 11; 5, 9-10. 12

Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.

Ant. 3 Alabad a nuestro Dios todos sus siervos y cuantos le teméis, pequeños y grandes.

LECTURA BREVE  2 Co 6, 16; 7,1

Nosotros somos templo de Dios vivo, como dijo Dios: «Habitaré en medio de ellos y andaré entre ellos; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.» Estas promesas tenemos queridos hermanos; por eso, limpiemos toda suciedad de cuerpo o de espíritu, para ir completando nuestra consagración con fidelidad a Dios.

RESPONSORIO BREVE

V. Tú nos has redimido, Señor, con el precio de tu sangre.
R. Tú nos has redimido, Señor, con el precio de tu sangre

V. De entre todas las razas, lenguas, pueblos y naciones.
R. Con el precio de tu sangre.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Tú nos has redimido, Señor, con el precio de tu sangre

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Oh Señor, esperanza de los Santos y alcázar de salvación, has dado la herencia a los que temen tu nombre; habitarán por siempre en tu morada, aleluya.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma, la grandeza del Señor…

PRECES

Acudamos alegres a nuestro Dios, corona de todos los Santos, y digámosle:

Que tus siervos te alaben y bendigan.

Tú que manifiestas en los Santos tu rostro y tu Palabra

            otorga a tus fieles, sentirse más cerca de ti por

            su imitación.

Bendito seas, Señor, por haber suscitado a los Santos para iluminar a tu Iglesia

            renueva en esta hora los prodigios de tu gracia,

            para gloria de tu nombre

Dios Padre, que hiciste a María la criatura más santa de cielo y tierra,

            su vida sea para todos nosotros el programa de

            santificación.

Que nuestros religiosos y hermanas que has premiado con la corona inmortal

            nos estimulen a vivir según el Evangelio y ser

           testigos de tu caridad.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Concede a los difuntos vivir en compañía de María, Reina de todos los Santos

            y a nosotros, bendecirte con ellos desde ahora

            y por siempre.

Porque Jesús ha resucitado, todos somos hijos de Dios, por ello nos atrevemos a decir: Padre nuestro…

ORACIÓN

Oh Dios, fuente del amor, que has hecho resplandecer la imagen de tu misericordia en los Santos de la Orden, que se dedicaron al servicio del prójimo bajo el patrocinio de nuestra Santísima Madre; concédenos modelar nuestra vida conforme a la suya e infúndenos la caridad que admiramos en ellos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

CONCLUSIÓN

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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