ETAPAS

DE FORMACIÓN

Aspirantado, Postulantado, Noviciado y Juniorado
Las Hermanas
Mercedarias del Santísimo Sacramento

 nos formamos de manera integral durante las primeras etapas de formación de manera dirigida y a lo largo de toda nuestra vida.

El objetivo central del proceso de formación es asumir el estilo de vida centrado en el seguimiento de Cristo desde el carisma eucarístico mercedario

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Aspirantado

El aspirantado es la primera etapa del proceso formativo de nuestro Instituto. Es una etapa de búsqueda, preparación y discernimiento. Su objetivo es acompañar a la candidata en su opción vocacional. Generalmente dura un año.

Postulantado

El Postulantado es la segunda etapa del proceso formativo; su objetivo es profundizar la experiencia humana y cristiana con vistas a lograr una mayor madurez en su opción vocacional por el Instituto.

El postulantado dura un año.

Noviciado

El noviciado con el que comienza la vida en el Instituto, tiene como finalidad que la novicia conozca mejor la vocación divina particularmente la propia del Instituto, que pruebe el modo de vida de éste, que conforme la mente y el corazón con su espíritu y que puedan ser comprobadas su intención y su idoneidad.

 

La duración del noviciado es de dos años. En el segundo año de noviciado, las novicias, durante dos meses, realizan experiencias de vida apostólica y comunitaria con el fin de completar su formación.

Juniorado

El juniorado es la etapa de formación que comprende desde la primera profesión hasta la profesión perpetua. Durante este tiempo, la juniora debe integrarse al Instituto para vivir un proceso de profundización en la fe, en el carisma y en la vida fraterna que le posibilite su configuración con Cristo Redentor y se incorpore a la misión apostólica del mismo. De este modo se prepara para su profesión perpetua.[2]

Durante este período la formación de las junioras continuará de manera sistemática, de acuerdo a sus capacidades y aptitudes. Esta formación será espiritual y apostólica, doctrinal y práctica y si es oportuno, obtendrán los títulos necesarios para desempeñar mejor la misión propia del Instituto.

Formación permanente

Llamadas a un continuo crecimiento en Cristo, a la vivencia cada vez más auténtica del carisma del Instituto y a dar una respuesta conveniente a las exigencias de la Iglesia y la sociedad, continuamos diligentemente nuestra formación humana-comunitaria, doctrinal-espiritual, religiosa-carismática, académica y apostólica, durante toda la vida tanto a nivel personal como comunitario, aprovechando medios y tiempos necesarios para ello.