María del Refugio ofrece a la Iglesia un ideario que parte de su frase “en el centro de todas las ciencias está Dios” e incorpora elementos de diversos sistemas y métodos pedagógicos, dando preeminencia a los modernos que nos retan a hacerlo dinámico y adaptarlo según evolucionan los métodos y técnicas de enseñanza.
Considera que el primer fruto de una educación eucarística es una nueva forma de ver la vida, donde el mismo Señor está presente en los demás y en las diversas situaciones (Foulkes G. , Proyecto educativo del Colegio del Santísimo Sacramento, 2012, pág. 2): “En todas y cada una de las ciencias que impartamos, procuraremos que se enseñe a Jesús Eucarístico como centro de ellas y de todo” (HHMMSS, Proyecto de Constituciones, 1913), es una invitación a descubrir la interrelación entre las ciencias teniendo a Dios como eje.
La Eucaristía asumida con gozo y vivida con intensidad, es el primero y más intenso de los medios de evangelización, queremos formar personas eucarísticas que por la participación en la Eucaristía se perfeccionen y se configuren con Cristo: “formar en cada alumno un trasunto fiel de Jesucristo”(Cancino, 1910).
Buscar el remedio para todo en la ley de Dios, en la oración y en los santos sacramentos, especialmente en la Sagrada Eucaristía (Foulkes H. G., 1997, pág. 568).
Descubrir que la Eucaristía se abre en clave mariana, la Madre de Jesús es el auténtico sagrario, el lugar de la presencia plena de Cristo entre los hombres. Por eso la devoción mariana aparece como un tipo de actualización del Misterio central de la Eucaristía. Nosotras, seguidoras de Jesús, apóstoles del Santísimo Sacramento, nos hacemos expresión del amor y entrega de María sobre el mundo.(Pikaza, María del Refugio Agular, vida y mensaje, 1995, pág. 247)
Sólo en la religión de Cristo se puede formar, porque en ella se encuentran los elementos indispensables para formar en la voluntad los hábitos del buen obrar(Cancino, 1910).
“La salvación de los niños es uno de los intereses del Corazón de Jesús, éste está confiado a nosotros. Debemos trabajar por la salvación de los niños con el buen ejemplo, con la palabra y con la oración” (Foulkes H. G., 1997, pág. 552).
Formar y educar de manera integral atendiendo al desarrollo simultáneo de todas las facultades humanas y al desenvolvimiento pleno natural y armónico de ellas.
Que la mujer pueda ser autónoma, tome las riendas de su vida, asuma plenamente su tarea como persona responsable, al servicio de la dignidad y la plenitud humanas(Pikaza, María del Refugio Aguilar, vida y mensaje, 1994, pág. 109). <<María del Refugio, por las circunstancias de su tiempo, dio especial importancia a la formación de la mujer>>.
“Educar de un modo humanizante. No se trata de enseñar sólo técnicas o cosas sino de crear seres humanos, haciéndoles capaces de desarrollarse de verdad como personas, que no se dejen dominar por la propaganda de turno del sistema dominante, que cultiven valores de solidaridad humana, de libertad y justicia”. (Pikaza, María del Refugio Aguilar, vida y mensaje, 1994, pág. 287)
Fomentar, orientar y guiar destacando los procesos positivos de la enseñanza, abogando por una educación basada en el amor, el diálogo, la solidaridad, el conocimiento previo de las reglas y normas que rigen nuestras instituciones. El director y los docentes deben esmerarse en prevenir las faltas y procurar que los estudiantes se vayan educando por el propio convencimiento del deber. (Constituciones de 1909 Art. 7 y art. 172, Constituciones de 1919).
Buscar sobre todo que el amor sea el móvil de nuestras acciones, tanto de quien enseña como quien aprende. Para María del Refugio era importante el amor como medio de santificación y como un medio de extender el Reinado Eucarístico de Jesús; en el primer borrador de las Constituciones dice el artículo 7: “De esta suerte el amor será el todo de nuestra Congregación que debemos ver como fundamentada por el amor del Corazón de Jesús Sacramentado y sólo para vivir del amor eucarístico”. (Refugio, 1909) (Foulkes H. G., 1997, pág. 650)
Para María del Refugio el elemento principal de liberación, fundado en la Eucaristía y abierto hacia la comunión definitiva entre los hombres y mujeres, es la educación, ya que ésta brinda la oportunidad de mejorar nuestra vida logrando una realización personal y social
Concebimos la educación como una función cultural humanizadora y liberadora, enraizada en la misión misma de Cristo, de salvar y liberar a la humanidad, como maestro de la verdad; por tanto como miembros de la Iglesia, somos conscientes de nuestra presencia eficaz en el mundo y en la sociedad; y sintiéndonos solidarias con la historia del género humano, somos signos y portadoras de unidad y de paz entre los hombres para el advenimiento de un mundo justo, libre y fraterno
Fruto de una Educación Eucarística es hacer de nuestros centros educativos espacios de comunión fraterna y solidaridad humana. “El colegio es ante todo una gran casa de familia, presidida por Jesús sacramentado donde los niños se sienten protegidos, amados y valorados. Desde aquí ha de comprenderse el sentido de educar: que los niños puedan adentrarse en el misterio fuerte de la comunión que brota de Jesús eucaristía.” (Pikaza, María del Refugio Aguilar, vida y mensaje, 1995, pág. 103).